Ellos murieron a la espera de un fallo

Abogado desde los 28 años. Camilo Mena (izq. con documentos) fue juez de la II Sala de lo Laboral. Tras la destitución trabajó en la Procuraduría.

Uno de sus últimos pedidos lo hizo la noche del 31 de diciembre del 2008, mientras descansaba con su familia en el balneario de Salinas. A su esposa Magdalena Castrillón y a sus hijos Pablo Camilo, Daniela y María de Lourdes les aconsejó que no abandonaran uno de los juicios más emblemáticos en su carrera.
El ex magistrado Camilo Mena les reunió como acostumbraba cada año antes de que empezara el festival de juegos pirotécnicos para recibir al Año Nuevo. Pero esta vez no les habló de proyectos pendientes como era costumbre, sino de la ansiada resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El 30 de diciembre del 2004, 28 de los 31 ex jueces que 22 días antes fueron destituidos de sus cargos en la desaparecida Corte Suprema de Justicia (CSJ) denunciaron el hecho ante ese organismo internacional.
Pero hasta sus muertes, los ex jueces Camilo Mena, Milton Moreno y Estuardo Hurtado no conocieron un pronunciamiento.
Ante la Comisión, los magistrados pidieron la restitución a sus cargos y una indemnización económica. Alegaron que se violaron los derechos humanos y otros principios al ser destituidos.
En enero del 2008, los médicos detectaron que Mena sufría de un cáncer terminal asintomático en el esófago. El martes, Magdalena Castrillón recordó que su esposo se sintió afectado anímicamente y hoy cree que la depresión habría desencadenado la enfermedad y que por eso sentía que no iba a resistir hasta que la CIDH resolviera sobre el caso.
Su salida abrupta de la Corte de Justicia también golpeó a su familia, en especial a su madre Alejandrina Mena, quien falleciera en febrero pasado a los 106 años. Camilo hijo contó que su padre era el soporte económico para ella.
Los familiares recordaron que el juez Mena intentó ocuparse en su despacho, atendiendo los casos de sus clientes. Además, impartía clases en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central del Ecuador.
Hasta que el 16 de mayo del 2005 asumió la Dirección de Patrocinio (representante jurídico) de la Procuraduría General del Estado. Desde ese cargo intentó promover un acuerdo entre el Estado y los ex magistrados, pero su gestión no tuvo acogida.
Más bien junto con los también ex magistrados Ernesto Albán Gómez, Jaime Velasco Dávila y otros dieron forma a la petición internacional ante la CIDH. Luego fue asesor de Alfredo Vera, en la Comisión de la Verdad.
Pablo Camilo, también abogado, insiste en que su padre estaba convencido de que la CIDH iba a fallar a favor de los 31 ex magistrados ecuatorianos. “Aunque él estaba seguro que no sería la restitución a sus cargos, pero sí un resarcimiento moral”.
Mena falleció el 14 de marzo del 2009 cuando tenía 81 años.
Ahora el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos causó regocijo en la familia, pero a la vez tristeza porque su padre ya no está para recibir la compensación, en caso de que esta se concrete.
El caso de Milton Moreno
Aún lleva el anillo de matrimonio puesto en el dedo anular de su mano izquierda. Desde el 25 de marzo del 2007, Ruth de Moreno se convirtió en la viuda de Milton Moreno Aguirre, otro ex juez.
Cuando su esposo comenzó a sentirse enfermo visitaron a varios médicos en Quito y Guayaquil. No obstante, ninguno pudo dar con la causa. Para Ruth, todo fue consecuencia de una profunda depresión.
Dos años después de ser separado de la CSJ, Moreno falleció. Su cónyuge se enteró de la separación de todos los magistrados de la Suprema cuando veía un noticiero en su departamento en Guayaquil. “Yo le vi la cara de susto, como un desconcierto”, recordó Ruth Moreno ayer mientras el viento que llegaba del río Guayas peinaba su cabello blanco.
En las imágenes aparecían los magistrados recién escogidos para integrar la nueva Corte Suprema, que reemplazaría a la que integraba Moreno.
Ese nuevo organismo judicial fue presidido por Guillermo Castro Dáger, apodado ‘Pichi’. El Congreso Nacional había reemplazado a los antiguos jueces porque supuestamente sus períodos habían terminado.
“Él no se esperó eso, fue como un machetazo para los dos. Mi esposo ya planificaba jubilarse porque estaba a meses de cumplir 25 años en funciones”, contó la viuda. Luego de conocer la destitución, la pareja viajó a Quito para retirar las cosas de un departamento que alquilaban. Después se fueron a la playa para “intentar olvidar” lo ocurrido.
Por respeto a su carrera judicial, Moreno prefirió abandonar el ejercicio particular de su profesión. “Cuando recién nos casamos, él tenía muchos clientes, pero cuando regresó ya no tantos”, contó la mujer que contrajo nupcias en 1973. Tuvieron dos hijas, que al momento del remezón judicial tenían 18 y 16 años de edad. Con el quebranto de su salud dejó de trabajar y surgieron problemas económicos. Luego del fallecimiento de su esposo, ella sobrevive con lo que percibe de su jubilación.
El pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es una esperanza para Ruth. “Yo sigo sufriendo las consecuencias porque si él hubiese seguido en la Corte estoy segura que otro sería el cantar”. Debido a que su esposo ya falleció no sería posible restituirlo a un cargo dentro de la Función Judicial, por lo que espera que el Gobierno acepte indemnizar a los deudos.
El trabajo de Estuardo Hurtado
Ser parte del equipo del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Quito fue la alternativa que encontró el ex magistrado Estuardo Hurtado Larrea, luego de ser destituido de la Corte Suprema de Justicia.
Eso es lo que recuerda el también ex juez Jorge Andrade Lara. “Como él fue un magistrado de carrera no abrió un consultorio jurídico como lo hizo la mayoría. Él fue ministro de la Corte Superior y luego de la Corte Nacional”.
Antes fue notario primero de Riobamba, fiscal del Crimen, juez del Crimen y de lo Civil en Chimborazo y asesor jurídico del entonces Instituto Ecuatoriano de Electrificación (Inecel).
Andrade contó que Hurtado casi siempre estuvo en las reuniones para preparar los documentos que se enviaron a la CIDH. “Yo no les vi deprimidos, aunque cada quien fue por su lado a buscarse la vida. Recuerdo que el doctor Hurtado muy mal no estaba, tampoco muy bien. Él tenía una quinta en Tumbaco”.
Falleció en mayo del 2010 a los 81 años de edad, luego de una dilatada trayectoria profesional.
Ximena Hurtado, una de las hijas del ex juez Estuardo Hurtado, prefiere el silencio. Dijo ser la única de los tres hermanos que en estos días se encuentra en el país y no quiso referirse a la situación que vivió su padre.
Los familiares de Camilo Mena, Milton Moreno y Estuardo Hurtado se mantienen pendientes de las decisiones que se tomen en relación al pedido internacional de los 31 magistrados. Ellos insisten en el resarcimiento tanto económico como motivacional.
Diálogo con los ex jueces
Representantes de la Procuraduría del Estado y un grupo de magistrados destituidos en el gobierno de Lucio Gutiérrez comenzaron los diálogos, para analizar una "reparación integral". El tema se puso en escena luego de que la semana pasada se conociera un pronunciamiento de la Comisión Interamericana de DD.HH., que sugirió la restitución de los judiciales a sus cargos y el pago de indemnizaciones.
Hugo Quintana, quien en el 2004 era presidente de la desaparecida Corte Suprema de Justicia, señaló que la tarde del lunes se citaron durante una hora en Guayaquil con representantes de derechos humanos de la Procuraduría. "Queríamos ver qué proponen y dicen que están listos para cumplir con las exigencias dictadas por la Comisión".
Ayer, el procurador Diego García, dijo en Radio Democracia que dialogarán con cada ex magistrado. "Hemos iniciado la conversación con quienes han estado más asequibles y a su vez ellos tendrán la posibilidad de dialogar con sus compañeros".
Según García, si los tuviera en frente a los 31 magistrados de ese entonces se tendría que "comenzar por buscar la definición de qué buscan como reparación integral en la parte económica y en la no económica como las excusas del Estado o el hecho de que se haga publicación por la prensa".
Con respecto a la sugerencia de la Comisión de reintegrarles en los cargos, Quintana dijo que no les interesa aquello. "No está en nuestra mente reintegrarnos a una Corte, primero porque estamos más viejos que antes y en segundo lugar (es) una Corte disminuida y pisoteada. Yo lo digo por mí. La Comisión habla de que se nos indemnice con el pago de remuneración que dejamos de percibir. Eso queremos saber".