Los militares realizan patrullajes constantes para evitar el paso de los grupos irregulares por Esmeraldas. Foto: Cortesía FF.AA.
Palma Real es una pequeña zona con casas de caña. Es la población de San Lorenzo-Esmeraldas más cercana a Tumaco, el municipio colombiano con la mayor cantidad de cultivos de coca de ese país.
De hecho, en todo ese sector de Colombia opera uno de los frentes más fuertes de las FARC y la cercanía del conflicto inquieta a los vecinos en Ecuador.
En Palma Real, la gente prefiere no hablar. Cuando se les pregunta sobre seguridad y grupos armados unos se alejan y otros dicen no saber nada.
Pero los militares conocen que los manglares que cubren todo ese sector son usados para esconder la droga. Hace un año, por ejemplo, se decomisó una embarcación con narcóticos, teléfonos satelitales y navegadores. Las investigaciones revelaron que la dueña de ese cargamento ilegal era la guerrilla de las FARC.
Por eso, Inteligencia Militar rastrea toda esta zona. La idea es detectar la posible presencia de grupos armados y narcos.
Frente a esta población, la Armada actúa con una base flotante y los policías también tienen su centro de operaciones.
Pero en marzo pasado, cuando ya se anunciaba un acuerdo entre las FARC y el Gobierno de esa nación, el Ministerio de Defensa de Ecuador envió más militares para reforzar la vigilancia. El 31 de ese mes, un avión de la FAE aterrizó en la ciudad de Tachina, en Esmeraldas, con 104 soldados a bordo.
El grupo se unió a la Fuerza de Reacción Rápida Bimot-13 Esmeraldas. La misión de los soldados fue realizar el control en las carreteras, operaciones de seguridad hidrocarburífera, patrullas antidelincuenciales y el control de armamento.
En esos mismos días, la Armada se incautó de 1,25 toneladas de alcaloides frente a las costas de Esmeraldas. Los 25 bultos eran trasladados en dos embarcaciones y los uniformados detuvieron a cinco sospechosos de llevar la carga.
Y apenas el mes pasado, personal del Subcomando de guardacostas y de la Policía de Antinarcóticos capturó una lancha que transportaba media tonelada de cocaína.
La embarcación, con tres tripulantes a bordo, fue interceptada a 18 millas náuticas de las costas de esta provincia, frente a la población de Galera.
Este Diario también estuvo en Mataje y en Limones, poblados de Esmeraldas que están cerca de la frontera. Por su ubicación, estas zonas también son vulnerables a la presencia de grupos delictivos.
Los marinos realizan patrullajes por las distintas caletas por donde presuntamente operan los grupos irregulares que trafican con droga. En los últimos cinco años, la Armada ha decomisado dos sumergibles que iban a ser usados presumiblemente para llevar cargas ilegales hacia el exterior.
El Ministerio de Defensa de Colombia advierte que las FARC tendrían una participación superior al 60% en el negocio del narcotráfico y el control de la mayor cantidad de
tierras sembradas con coca.
Ese fenómeno, en general, se siente en las costas de Ecuador.
A fines del año pasado fue descubierto un semisumergible, a 350 millas de las costas ecuatorianas.
El aparato había zarpado de la playa de Cabo Manglares, en Colombia, trasladaba 3 toneladas de drogas y los tres tripulantes extranjeros quedaron detenidos. Además, la Policía de ese país -que participó en la detención- reveló que la nave pertenecía a un grupo vinculado con las FARC.
La embarcación estaba sujeta al guardacostas Isla Fernandina y ahora quedó en poder de la Fiscalía.
Sus investigadores saben que las mafias internacionales del narcotráfico varían permanentemente las rutas marítimas. Antes, por ejemplo, usualmente recorrían Colombia, Perú y México.
Desde ahí seguían rumbo a los países asiáticos. Ahora pasa por Ecuador (país de tránsito) a Centroamérica.
Por todos estos hechos, los militares intensifican los patrullajes. Eso incluye a Mataje. Inteligencia ha descubierto que por este sector, los guerrilleros utilizan pasos ilegales para llegar a San Lorenzo y abastecerse, por ejemplo, de víveres.
Pero aquí, los investigadores también han detectado que los subversivos financian maquinarias para la minería ilegal.
Pablo Caicedo, comandante de Operaciones Norte de Esmeraldas, no descarta que con la firma de la paz no todos los armados se desmovilicen y que se multiplique el número de bandas criminales.
Por ahora, 3 000 militares trabajan en la zona norte de Esmeraldas, pero hay temor ante un posible aumento de esas agrupaciones delictivas.
De hecho, las denominadas bandas criminales operan a lo largo de la franja fronteriza y se dedican al narcotráfico, al transporte ilegal de precursores químicos, de armamento, municiones y de combustible y a la minería ilegal.
En contexto
El martes 22 de marzo pasado, el ministro de Defensa, Ricardo Patiño, aseguró que se blindará
“al máximo” la frontera ante eventuales coletazos del proceso de paz en Colombia, por la posibilidad de que “alguna gente” no se alinee con el proceso.