Las autoridades lo reconocen. El anuncio de que a partir del 4 de septiembre se pedirá visa para ingresar a México hizo que la demanda de pasaportes aumentara en Cuenca.
Decenas de niños, jóvenes y adultos esperan acceder a este documento oficial que les permita viajar en estos días, antes de que los requisitos sean más rigurosos. La idea es llegar a esa nación y desde ahí intentar entrar a Estados Unidos de forma irregular.
En las últimas semanas, las oficinas locales del Registro Civil reportaron una fuerte demanda y presencia de largas filas desde la madrugada. Por eso, el 19 de agosto se aprobó que, para ser atendidos, los interesados deben obtener un turno virtual.
Quienes cumplan ese requisito serán recibidos desde el lunes de la próxima semana.
Pero tras el anuncio de la visa, la afluencia masiva volvió el lunes de esta semana y las autoridades tuvieron que atender, aunque no cuenten con un cupo. Solo ese día entregaron 208 pasaportes.
El martes 24 de agosto ocurrió lo mismo. A los hermanos Carlos y Andreina, que llegaron desde el cantón azuayo de Guachapala, les dijeron que necesitan un turno virtual, pero finalmente fueron recibidos en las oficinas. Tras cumplir todos los requisitos, ambos empezaron a preparar la salida.
La cuencana Mariana, de 39 años, dice que su esposo migró hace cinco años y que ella debía irse a México a finales de septiembre para tomar la ruta clandestina a los EE.UU. “Es un viaje menos complicado y cuesta USD 15 000”.
Pero asegura que las cosas se complicaron con el anuncio mexicano y el coyote le pidió que obtenga de urgencia el pasaporte para enviarla el jueves de la próxima semana.
Le indicó que de lo contrario subiría el costo del viaje.
Cerca de las 12:00 y luego de esperar más de siete horas, finalmente consiguió el documento. “Estoy lista para viajar, aunque sí tengo miedo”.
María también busca la forma para que sus tres pequeños nietos se vayan. Con un poder enviado por los padres, que ya se encuentran en Estados Unidos, consiguió los pasaportes e irán el domingo.
Hasta México lo llevará un tío paterno y desde allí no sabe exactamente cómo cruzarán a suelo americano.
El gobernador de Azuay, Esteban Bernal, confirma que las aglomeraciones se presentan por la decisión del visado y porque los lunes siempre hay mayor afluencia. “Son las últimas circunstancias que estamos viviendo”.
“Es un momento económicamente difícil, porque la pandemia nos sigue dejando sin empleo a muchas personas”, dice Diego, de 28 años, un cañarense que también sacó el pasaporte ayer.
La visa para entrar a México estaba suspendida desde el 2018. William Murillo, de la organización 1800-Migrante, asegura que desde entonces ese país se convirtió en un paso obligado de los migrantes que van a Estados Unidos sin los papeles en regla.
Para Murillo, la visa solo hará que la migración sea más peligrosa de lo que es ahora. “Con o sin eso la gente continuará saliendo del país”.
De hecho, hay personas que aseguran no tener miedo y que intentarán de cualquier forma dejar el Ecuador.
La organización 1800-Migrante ha documentado casos de personas desaparecidas o muertas en el intento de cruzar el desierto fronterizo.
Por ejemplo, el 26 de junio se conoció el caso de José Ayol, un migrante ecuatoriano del cantón Guamote- Chimborazo, que desapareció en Texas, EE.UU.
Dos días antes, Milton López, de 37 años, también pasó a la lista de personas que no aparecen. Él vivía en Sucúa, Morona Santiago, pero se fue el 22 de abril por Latacunga.