Un grupo de mariachis daba una serenata a quienes celebraban un cumpleaños, cuando un hombre abrió fuego en la piscina de una hostería en la vía Manta-Jaramijó y segó la vida de un niño que jugaba en la alberca.
[[OBJECT]]El crimen ocurrió el domingo, a las 17:45, y ha conmocionado a Jaramijó, Manabí. “El infante se bañaba en la piscina junto a varios amigos. En segundos, su cuerpo flotó, varias personas lo sacaron pero ya estaba muerto”, comenta Sebastián L., testigo.
El menor era Rolando M., de 11 años; cursaba el sexto año de básica en la escuela Juan León Mera y murió a causa de dos impactos de bala, uno a la altura del cuello y otro en la cabeza. La tarde del domingo, había pedido permiso a su madre para ir al balneario con tres amigos. Fueron sin adultos.
“Quiero que se haga justicia, deben pagar con prisión de por vida estos asesinos, pido a la Policía que nos ayude con protección, tememos por la vida de nuestros familiares”, decía ayer Ana H., la madre. Su llanto era desgarrador.
Según testigos, la posible causa del tiroteo fue una ‘vendetta’ por celos, entre personas ajenas al menor. La tarde del domingo, José C. habría llegado al balneario en un taxi y acompañado por dos hombres, en busca de su ex conviviente Elizabeth B. “La encontró y le brindó un vaso de cerveza. El actual enamorado de Elizabeth, Vladimir M., salió de la piscina e increpó a José C. por haber ofrecido la bebida a su novia”, dice una persona que vio la discusión.
José C. salió del complejo turístico y luego retorno con un revólver, refieren testigos. “En ese momento, Vladimir M. estaba nuevamente en la piscina. José C. lo buscó hasta que lo encontró y empezó a disparar. Los proyectiles chocaban con el agua. En ese instante, el niño que estaba flotando con la ayuda de una boya de plástico, fue impactado”, relata Sebastián L., testigo del hecho.
Vladimir M. fue alcanzado por una bala que le rozó una parte del cuello, pero se recupera en su domicilio. Efectivos de la Policía Judicial (PJ) de Manta llegaron al sitio. Tras realizar las primeras entrevistas en la hostería, empezaron los operativos en Manta y Jaramijó, los cuales se extendieron hasta las 04:00 de ayer.
José C. y Luis M. fueron detenidos. Un tercer sospechoso, Elvis V., se encuentra prófugo, dijo Carlos Orbe, jefe del Comando de la Policía de Manabí. “En este hecho, por celos, se segó la vida de un inocente. Este tipo de acciones son de violencia pura. Se intensificarán los operativos en Manta, Jaramijó y Montecristi, donde hay criminalidad extrema”, aseguró.
Ayer, otro ataque se registró en Manta. A las 17:40, Ángel Stalin P., de 35 años, fue interceptado, cerca del estadio Jocay, por una moto con dos ocupantes. Recibió tres tiros en la cabeza. Fue llevado a una casa de salud. A las 18:00, su estado era crítico.
Una mujer fue apuñalada por su ex conviviente
Cuatro puñaladas acabaron con la vida de Ana María A., de 32 años, la mañana de ayer en Guayaquil. El crimen se produjo a las 06:50, en el sector conocido como Ciudad de Dios, un asentamiento no consolidado en el noroeste de la urbe.
Según testigos, el hecho supuestamente comenzó como una pelea, entre la víctima y el ex conviviente de esta, Pedro C., ambos oriundos de la ciudad de Esmeraldas. Uno de los hermanos de Ana María A. relató que ella estaba por abordar un bus en la vía Perimetral para dirigirse a su trabajo, en un restaurante donde trabajaba como ayudante de cocina.
En medio de los reclamos, la víctima recibió tres puñaladas en la espalda y una a la altura del pecho. Fue conducida de emergencia al Hospital Guayaquil, donde solo se comprobó su deceso.
“Este tipo la seguía, le exigía que se vaya con él. Él siempre la maltrataba”, dijo uno de los hermanos de la víctima, quien cuatro horas después presentó la denuncia en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial del Guayas.
El fiscal de turno, Joffre González, manifestó que, tras el crimen, Pedro C. se habría fugado a Esmeraldas. “Allá parece que tiene parientes, lo vamos a investigar”. El fiscal inició una indagación previa por asesinato.
Otro caso más de violencia intrafamiliar se registró ayer en Guayaquil. Priscila R. denunció que ella y su hija de 11 años fueron agredidas por su conviviente.
“Estaba borracho. Comenzó a agredirme y me golpeó con un palo. A mi hija le rompió la cabeza por querer defenderme”, relató la agredida en la Fiscalía.
Punto de vista
Evelyn Corral/ Activista de DD.HH. en Manabí
El miedo se apodera del ciudadano
El asesinato del niño en Jaramijó desborda los límites de toda tolerancia sobre inseguridad. No es posible que ante la presencia de niños en una piscina no se tenga respeto por la vida y se accione un arma de fuego. Se mata sin piedad, la gente no está a salvo ni en su casa, características propias de lo que pasa en México.
En el país hay redes organizadas de asesinos a sueldo que tienen lazos con la delincuencia organizada internacional. El miedo se apodera del ciudadano. No denuncia cuando matan a sus familiares, calla o quienes tienen más recursos se van del país.
No esperemos que la situación llegue a esos límites donde la palabra mayor son las fosas comunes. Hace cuatro años estamos denunciando lo que sucede entre Manta, Montecristi y Jaramijó. Urge declarar el estado de emergencia. Aquí hasta las autoridades judiciales temen por sus vidas y la de sus familiares.