Entre lágrimas y preocupación, ayer en la mañana unas 15 personas aguardaban impacientes junto a la puerta de acceso a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Quito Nº 1 de la Policía Nacional. Esperaban la hora de visitas para ver a Nelson F. y a Lenin C., que ayer permanecían internados en esa unidad de salud.
Otros cuatro heridos en la insubordinación policial también estaban ayer en cuidados intensivos, en otras casas asistenciales, según el ministro de Salud, David Chiriboga. 193 heridos fueron atendidos en diferentes hospitales, afectados por diversos tipos de lesiones.
Al cierre de esta edición, este Diario confirmó las muertes de seis personas, cuatro en Quito y dos en Guayaquil. Sin embargo, el Ministerio de Salud señaló al mediodía que cinco personas murieron el jueves. Ayer, el Gobierno decretó tres días de luto nacional, dijo el ministro del Interior, Gustavo Jalkh.
Nelson F., de 28 años, ingresó al Hospital de la Policía aquejado por un trauma torácico-abdominal, causado por una herida con arma de fuego. Mientras Lenin C., de 35 años, sufrió un trauma de uretra y fractura de cadera, al ser atropellado por un camión en la av. Mariana de Jesús, escenario de graves enfrentamientos.
Los dos son parte de los 38 pacientes que ingresaron a esa casa asistencial durante la insubordinación policial del jueves. Estos fueron atendidos en el área de Emergencia y Hospitalización por alrededor del 80% del personal médico y paramédico del hospital policial. Esta casa de salud fue uno de los epicentros de los graves incidentes ocurridos anteayer.
Allí también se confirmó uno de los cuatro fallecimientos ocurridos en Quito por la revuelta policial. Uno de ellos fue Froilán Jiménez, de 28 años y cabo primero del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) que murió anteayer a las 22:30. Él ingresó con una herida en el tórax causada por un disparo de arma, mientras se evacuaba al presidente Rafael Correa del Hospital de la Policía.
Jiménez fue herido de muerte cuando protegía con un escudo al vehículo en que se trasladaba el Primer Mandatario.
Ayer, a unos 40 metros del sitio donde se desplomó Froilán, en el edificio del Departamento de Criminalística, su padre, Cristóbal Jiménez, recordaba aquellos pasajes en que su hijo lo acompañaba en las tareas agrícolas entre sembradíos de maíz y de yuca, en su natal San Antonio de Aradas, en Loja.
Pero luego de graduarse en Agronomía en el Colegio Miguel Antoniano Salinas, siguió el curso de Policía y se incorporó con honores en el 2001.
“Desde chiquito, mientras me ayudaba en los cultivos y a cuidar el ganado, me decía que iba a ser uno de los mejores policías del Ecuador. Cumplió su sueño y fue el orgullo de nuestra familia”, contó el padre, que vestía una leva negra, mientras esperaba en la puerta de la morgue.
Esperaba para trasladar los restos de su hijo a la sede del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), en Pusuquí. “Nunca me imaginé que algo así iba a suceder”, se lamentaba, mientras apretaba un pañuelo blanco y su mirada se humedecía.
Carlota Jiménez, hermana del agente, no podía contener las lágrimas mientras su esposo, Ramiro Gaona, también policía, la consolaba. Ella insistió en que su “hermano murió por salvar al presidente Correa. Él es un héroe”. Cuestionó el momento de crisis que vivió el país.
Gaona la escuchaba consternado por la muerte de uno de sus mejores amigos. “Los dos somos lojanos y desde niños queríamos ser uniformados. Cuando vi el video del momento en cayó al piso luego del disparo, me costaba creer lo que pasaba. Cuando se confirmó su muerte, decidí viajar para despedirlo”.
Desde que comenzó su carrera policial, Froilán Jiménez se radicó en Quito. Estaba casado con la también policía Mabel Ubidia y era padre de Gabriel, un bebé de 2 años. Se graduó como bachiller de Agronomía. No estudió en la universidad por ser policía.
El cadáver de Froilán llegó a Criminalística (en el noroccidente de Quito) en la madrugada de ayer. Allí, el personal de la morgue realizó la autopsia legal. Uno de los galenos que analizó el cuerpo indicó que la muerte fue casi inmediata por el impacto de un proyectil. No obstante, no quiso precisar el tipo de munición que mató al uniformado.
Pasado el medio día, el cuerpo de Jiménez fue trasladado a la sede del GIR y en horas de la tarde lo trasladaron vía área a Loja, para su velorio y sepultura.
Otra escena de dolor fue la de los familiares de Juan Pablo Bolaños. El estudiante de la Universidad Central también falleció durante la sublevación policial.
Entre las víctimas de los enfrentamientos del jueves, también está el policía Efrén Calderón. Este agente que pertenecía al Regimiento de Policía Quito 2, ubicado en el Centro Histórico de Quito, murió por el impacto de una bala en el pecho. Su muerte sucedió en un confuso incidente en las inmediaciones del Mercado Central y que también dejó como saldo a cuatro personas con heridas de bala: dos soldados y dos civiles. Estos dos últimos son Cristian Zambrano y Fernando Ambi, chofer y auxiliar de la Clínica Villa Flora. Ahora se encuentran en esta casa asistencial en Terapia Intensiva.
En la lista de fallecidos se incluye el militar Jacinto Cortez Jaya, quien de acuerdo con el reporte del Hospital General Nº 1 de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), fue atendido en el Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS en Quito.
Los otros dos fallecidos fueron civiles y sus muertes ocurrieron durante las manifestaciones en Guayaquil.
En cambio, en la lista de heridos se incluye a 22 militares (todos atendidos en el Hospital de las FF.AA.). Dos de ellos se encuentran en Cuidados Intensivos.
Además, están los 26 policías (capitanes, cabos, subtenientes y sargentos) y 11 civiles que fueron atendidos en el Hospital de la Policía.
De acuerdo con los reportes médicos, sufrieron heridas de armas en extremidades, abdomen, tórax, traumas faciales o de cráneo, policontusiones, fracturas, laceraciones y más. Tal fue la emergencia que al Hospital de las FF.AA., por ejemplo, los heridos llegaron en ambulancias públicas y privadas, vehículos particulares y taxis. La emergencia mantuvo en alerta a los equipos médicos de las diferentes casas de salud.