Fernando Cordero renunció al Ministerio de Defensa la tarde de ayer. Ocupó ese puesto desde septiembre de 2014. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El anuncio ocurrió a las 16:05 de ayer, 1 de marzo del 2016, en uno de los salones principales del Ministerio de Defensa, en Quito. Ante un grupo de periodistas, Fernando Cordero informó su renuncia y dijo que afrontó a “múltiples campañas de desinformación”.
Ya en la mañana su salida era un rumor. En Guayaquil, periodistas le preguntaron al presidente Rafael Correa si conocía sobre una supuesta dimisión de su ministro.
El Mandatario esquivó la inquietud, sonrió y aseguró que estaba fuera de Quito desde el sábado y que a su regreso revisaría cualquier documento que esté sobre su escritorio.
No hizo falta. Cordero confirmó ese rumor poco después.
En su intervención, que no duró más de seis minutos, aclaró que en su gestión propuso la modernización de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) bajo el respeto de la Constitución. Y habló de que su sucesor continúe con “la nueva época” que inauguró en la institución.
Antes de comunicar su salida de Defensa, firmó dos últimos acuerdos ministeriales. El primero dispone unificar el sistema de reclutamiento de los oficiales y tropa, para que los aspirantes sean asignados de acuerdo al puntaje logrado.
Para ello se creará la Comisión General de Admisión de Procesos de Reclutamiento y Selección de Aspirantes. Esta dependencia tiene 15 días para presentar un plan para la unificación del ingreso a las escuelas de formación de las tres ramas de las FF.AA.
El segundo texto ordena que la tropa y oficiales compartan comedores, baños, casinos y accesos en los recintos militares.
El lunes, Correa ya planteó un cambio “radical” para romper las “prácticas discriminatorias”. Ayer por la mañana, en Guayaquil, lo recordó otra vez.
Y rememoró una visita que hizo a una base militar. Dijo que comió con los oficiales y le sirvieron en “plato de loza”, mientras que a los conscriptos “en una bandeja de fierro”.
La dimisión de Cordero, quien ocupó el ministerio desde septiembre del 2014, tras la salida de María Fernanda Espinosa, se dio en medio de turbulencias.
El Presidente lo “reprochó” luego del cambio de mando que se desarrolló el viernes 26 en la Escuela Eloy Alfaro. Allí, públicamente, el general Luis Garzón, jefe saliente del Comando Conjunto de las FF.AA., aseguró que los soldados no pueden seguir desayunando, almorzando y merendando con USD 3 al día.
Y aclaró que hizo “numerosas gestiones” para que se dé un incremento en el valor que reciben los uniformados por el rancho, pero sin éxito. Aunque los acuerdos firmados ayer no hablan de mayores presupuestos para la alimentación de los soldados, este Diario conoció que ya hay un estudio sobre ese tema.
El Gobierno dice que requieren unos USD 16 millones para aumentar el rubro destinado para el rancho. Se priorizará en aquellas unidades que operan en zonas de frontera.
Ayer, antes de concluir su intervención, Cordero mencionó que no serán los únicos cambios en las FF.AA. Hay dos propuestas que están listas para su análisis y aprobación.
La primera iniciativa habla de eliminar “las discriminaciones” en los seguros de vida que supuestamente hay entre oficiales y tropa. “Hoy vale más cuando se muere de coronel que cuando se muere de soldado. Eso no puede seguir un minuto más”, dijo Cordero.
Pero para cambiar esa situación se necesita una reforma en la actual Ley del Issfa. En la segunda propuesta se plantea suprimir el aporte mensual que financia el fondo de vivienda, “sin que eso afecte la entrega de préstamos”.
Ayer, antes de concluir, el exfuncionario aseguró que deja el cargo “con la satisfacción de haber entregado todo”.
Luego se alejó del micrófono y caminó hacia su despacho, acompañado por un grupo de colaboradores. Hasta anoche no se conocía su reemplazo.