Los familiares de la pareja de ecuatorianos secuestrada en la frontera participaron este 23 de abril del 2018 en la vigilia en la Plaza Grande. Foto: EL COMERCIO.
Los familiares de Óscar Villacís y Vanessa Velasco, secuestrados por el frente disidente de las FARC, llamado Oliver Sinisterra, participaron la noche de hoy, lunes 23 de abril del 2018, en la vigésima octava vigilia que se lleva a cabo en la Plaza Grande, en el Centro Histórico de Quito, por el equipo periodístico de EL COMERCIO, secuestrado y asesinado por el mismo grupo criminal.
Los padres y hermanos de la pareja secuestrada decidieron alzar la voz para exigir a las autoridades una respuesta clara sobre sus seres queridos.
El pasado 17 de abril, el ministro del Interior, César Navas, dio a conocer en una rueda de prensa sobre el secuestro de esta pareja de ecuatorianos y desde entonces su familia no ha obtenido ninguna información relevante que les permita mantener la calma.
“Desde ese no nos han dicho nada nuevo. El ministro Navas nos indicó que no se han podido volver a comunicar con los secuestradores. Además, nos dijeron que están trabajando para traerlos, pero nosotros no vemos ningún resultado”, comentó Ana Velasco, hermana de la joven secuestrada.
Los familiares de la pareja, que llevaban tan solo un mes de relación, sienten que hacen falta más esfuerzos por parte de las autoridades para que sus seres queridos regresen con vida.
“Tememos que ellos tengan el mismo final que los periodistas”, comentó Ana con voz temblorosa.
Aseguran que desde que conocieron la noticia, su vida se ha transformado en una pesadilla, en la que el dolor está latente día a día.
Con carteles y velas entre sus manos empezaron a gritar las consignas que se han repetido durante 28 noches.
Los familiares de la pareja secuestrada se unieron con carteles que piden la liberación de sus seres queridos. Foto: EL COMERCIO.
“Nosotros entendemos el dolor que pasaron las familias de los periodistas, por eso estamos aquí”, dijo la hermana de Vanessa.
Mientras tanto, María Gómez, madre de Óscar, pidió juntando sus manos, en sinónimo de plegaria, que las autoridades no se olviden de su hijo y su novia.
“Estuvimos en Santo Domingo esperando noticias, no quisimos entorpecer las investigaciones, pero ya no aguantamos más sin saber qué pasa y decidimos venir a Quito“, señaló entre sollozos la madre.
Vanessa tiene una pequeña de cuatro años, mientras que Óscar tiene dos hijos, de cuatro años y ocho meses. Por ello su familia clama por que regresen con vida.
Las familias continuarán en Quito hasta ser recibidas por el presidente Lenín Moreno.