Este 17 de noviembre del 2016 se cumplió un año de la muerte de Francisco Javier Cajigas. Sus familiares buscan respuestas de las autoridades. Foto: EL COMERCIO
Con carteles y gritos exigiendo justicia, familiares y amigos de Francisco Javier Cajigas recordaron hoy, 17 de noviembre del 2016, el primer año de la muerte del ciudadano colombiano, que residía en la ciudad de Ibarra, provincia de Imbabura, en el norte de Ecuador.
El extranjero, que tenía 32 años, desapareció exactamente hace un año. Varios vecinos le vieron por última vez en la puerta de la casa, en la calle Flores y Salinas. Ahí residía junto a su conviviente y una niña de 5 años, hija de la pareja.
Según testigos, Cajigas fue interceptado por cinco policías. Tras un breve forcejeo se lo llevaron a bordo de una camioneta de la institución. La conviviente del extranjero denunció en la Fiscalía de Imbabura que la Policía lo detuvo porque aparentemente rompió un espejo de un vehículo particular, que estaba aparcado a un costado de la calle.
Lo llevaron a una dependencia de la Fiscalía. Ahí, una investigadora ordenó la libertad del Francisco Cajigas porque el supuesto daño al automóvil no requería privación de libertad.
Según los agentes, el hombre fue liberado en el norte de Ibarra. Sin embargo, permaneció desaparecido 13 días, desde el 17 de noviembre del 2015.
Finalmente lo encontraron sin vida cerca de la laguna de Yahuarcocha, al norte de la ciudad. Según los familiares tenía una aparente lesión en la cabeza. Un pariente le reconoció, porque vestía una camisa color blanco y un pantalón beige, los mismos que usaba el último día que lo vieron con vida.
Pero, el drama recién empezaba para su familia. El cadáver fue trasladado el Centro Forense de la vecina provincia de Esmeraldas. Ahí se le realizaron el examen forense para determinar las causas de la muerte. El descenso se debió a un golpe contundente en la cabeza.
La familia del joven recibió el cuerpo en diciembre del 2015 y se lo llevaron para Pasto, Colombia. Según Carlos Andrés Ruiz, hermano de la víctima, lo entregaron en un féretro cerrado herméticamente con la advertencia de que no lo abrieran porque estaba en avanzado estado de descomposición.
Lo sepultaron. Pero, cinco meses después, el 20 de mayo del 2016, se realizó la exhumación del cuerpo, por pedido de la familia y peritos de Colombia, para conocer a ciencia cierta las causas de la muerte. Ahí se descubrió que al cuerpo de fallecido le faltaba el cráneo.
El 12 de octubre del 2016 se realizó la reconstrucción de los hechos en torno a la detención en Ibarra. Ahí los familiares de Cajigas denunciaron que las autoridades ecuatorianas aún no devuelven la cabeza. Ahora, el cráneo, que se encontraba en el Centro de Investigación de Ciencias Forenses de Esmeraldas, está en Criminalística de la Policía, en Quito, capital del Ecuador, para su análisis de ADN. Anteriormente Diego Peñafiel, director de la Comisión de la Verdad (e) señaló que hay la presunción de que se trate de una posible ejecución extrajudicial.
El tema es manejado con reserva en la Fiscalía y el Comando de Policía de Imbabura. El departamento de Asuntos Internos de la última dependencia investiga el procedimiento de los cinco agentes que lo detuvieron.
Los familiares y amigos consideran que el caso se ha alargado más de lo necesario. Pero, lo que más les preocupa es que el cuerpo de Francisco Cajigas no ha sido sepultado nuevamente. Permanece congelado en el Centro Forense de Pasto en espera del cráneo, para darle cristiana sepultura.