En Aneta, los estudiantes reciben clases de psicología aplicada a la conducción. Foto: Fernando Medina / EL COMERCIO
El conductor del bus frenó sorpresivamente y tres pasajeros cayeron de sus asientos. El reclamo de los usuarios fue inmediato. “Vaya más despacio”, “somos personas, no animales”, “nos va a matar”, gritaron al chofer de una unidad que cubría la ruta Marín-El Rocío, en Quito.
Pero el conductor no bajó la velocidad e insultó a los usuarios para que hagan silencio. Esos momentos fueron captados en video por uno de los pasajeros, quien luego lo denunció por agresión. El transportista tuvo que pagar una multa del 10% del salario básico (USD 37,50) y perdió tres puntos en su licencia.
Esas son las sanciones que estipula el art. 391 del Código Integral Penal (COIP) para “el conductor, controlador o ayudante de transporte público o comercial que maltrate de obra o de palabra a los usuarios”.
El Municipio de Quito entregó datos a este Diario y allí se advierte que 155 conductores del transporte público han sido sancionados por esta causa, en los últimos 18 meses.
En marzo del 2017, por ejemplo, el ayudante de un bus golpeó a un pasajero luego de que este le pidiera que respetara el semáforo. Ya en la calle, el usuario pidió ayuda a un agente de tránsito y lo siguieron en moto.
El uniformado preguntó al resto de la gente si hubo la agresión. Todos los usuarios lo corroboraron.
Pero, ¿a qué se debe este tipo de agresiones en el transporte público?
José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte de Pichincha, dice que se trata de un problema de educación y, por eso, han pedido a las autoridades, tanto del Municipio como de la Agencia Nacional de Tránsito, una nueva malla curricular en las escuelas de manejo.
Actualmente, para obtener una licencia profesional, los estudiantes deben cumplir con 560 horas de formación. De esa carga, 40 son de psicología aplicada a la conducción.
En esa asignatura les indican cómo manejar las emociones y la ansiedad. Una práctica que usan es ir a una zona de tráfico y ver su grado de tolerancia ante los gritos y pitos de los otros conductores.
Esa metodología se aplica en el Sindicato de Choferes de Pichincha. Nelson Delgado es el director académico y dice que otro factor que provoca la agresividad en los transportistas es la carga laboral que tienen, pues un chofer de bus conduce entre 10 y 14 horas diarias.
Según Delgado, los conductores no duermen bien y tampoco tienen una alimentación correcta, debido a esa extensa jornada de trabajo. Por lo tanto, dice el dirigente, los niveles de estrés aumentan y provocan las agresiones a usuarios e incluso las disputas entre los conductores.
Esto último sucedió hace un mes en el sur de Quito. Dos transportistas se golpearon durante un minuto. La gresca fue grabada y las imágenes circularon en redes sociales.
Los usuarios dijeron al agente que todo empezó cuando uno de los choferes rebasó al otro de manera brusca. Ellos fueron separados de la cooperativa a la que pertenecían.
La agresividad en los conductores también ha sido estudiada por la Universidad Central. En una investigación, publicada en el 2016, se analizaron los niveles de ira externos e internos de los choferes profesionales de la capital.
Según el informe, existen al menos tres características que identifican a quienes manejan de forma agresiva: conducir a alta velocidad, el irrespeto de las paradas y abusar del pito. Eso también lo ha identificado la AMT, ente encargado del tránsito en la ciudad.
Francisco Arauz, director de Fiscalización de la AMT, dice que no existe una sanción específica para quienes manejan de forma violenta, pero aclara que eso no significa que no sean sancionados, pues este tipo de choferes son mucho más propensos a cometer faltas y, por lo tanto, los agentes pueden multarlos con base a los errores que cometen.
En Aneta, otra escuela de conducción, también se analiza la agresividad. Especialmente en los cursos de recuperación de puntos. En esas clases se observan videos de choferes que pierden el control. Uno de los ejemplos que utilizan es el de un chofer que hace un año insultó a un conductor en la Loma de Puengasí, en el sur de Quito. En las imágenes se ve al transportista cómo por 40 segundos le grita al menos 20 ofensas a un conductor de un automóvil, quien le reclamó por invadir el carril. Tras estos hechos, el chofer fue despedido de la cooperativa.
No olvide
Las agresiones de transportistas se pueden denunciar en la página www.ant.gob.ec. Allí se emiten las quejas.
Los agentes
de tránsito también acogen las denuncias. Ellos ubican y sancionan a los choferes que están en las calles.
El ECU 911
es otra vía para informar las agresiones. Este ente coordina operativos con agentes que están en la vía.
La Fiscalía
recepta denuncias por agresiones físicas graves. Esto puede generar sanciones de carácter penal.