En enero del 2015, los amigos de la joven Gaby Díaz realizaron plantones permanentes para pedir que el caso se esclareciera.
La pena máxima es sinónimo de justicia para Jannet Cañizares, madre de Gabriela Díaz. La tarde de este miércoles 27 de julio del 2016, los jueces de la Corte Nacional de Justicia aumentaron la sentencia a 25 años de cárcel para Fausto S. e Iván R. por la violación de la joven. Una instancia judicial inferior los condenó a 16 años de cárcel.
“Los jueces consideraron que las secuelas de la violación llevaron a Gaby a quitarse la vida”, señaló el fiscal General, Galo Chiriboga, quien calificó esta decisión como un precedente judicial en los casos de violencia de género.
Para la madre de la joven, este fallo cierra una herida que inició el 13 de abril del 2013, cuando su hija fue ultrajada por dos excompañeros de su colegio, en Riobamba. Gaby le contó a su madre lo que pasó y le pidió ayuda para que otras chicas no sean víctimas, pues entre su círculo de amigas conocían cómo actuaban los dos procesados.
Según la investigación de la Fiscalía, Fausto e Iván “seducían con engaños y luego a través de bebidas alcohólicas combinadas con sustancias psicotrópicas, hacían que las víctimas pierdan el conocimiento y abusaban sexualmente de ellas”.
La traumática experiencia que sufrió Gaby la sumió en una depresión, que días después la condujo al suicidio, cuando apenas tenía 19 años de edad. Su madre recuerda que antes de tomar esa decisión, su hija le dejó una carta, en donde halló una frase que le ha dado fortaleza para llegar hasta la última instancia judicial: “Hasta que paguen los que me obligaron a hacer esto…”.
En la etapa de juzgamiento, en el Tribunal Penal de Chimborazo, la Fiscalía presentó como evidencias las fotografías que se hallaron en las computadores y celulares que fueron incautados a los procesados. Las imágenes permitieron identificar los rostros de las víctimas en estado de inconsciencia, “sometidas a violencia y perversidad sexual”, según menciona la Institución en un comunicado.