En el archivo de la Corte Nacional se guardan expedientes desde 1931. Patricio Terán / EL COMERCIO
En los cuartos hace frío. Son tres habitaciones. Están llenas de anaqueles y papeles que comienzan a tomar un tono amarillento. Es el archivo central de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), en donde reposan los fallos que los magistrados han emitido desde 1931.
Un pasillo oscuro conduce al primer subsuelo del alto Tribunal, en donde están almacenados expedientes históricos que ya fueron resueltos como el caso Restrepo, los juicios del expresidente Abdalá Bucaram (Gastos Reservados y Mochila Escolar), el proceso de Consuelo Benavídez (tortura y asesinato), entre otros.
Las causas de Jamil Mahuad (peculado por el feriado bancario) y de Rafael Correa (Sobornos) siguen en las salas en donde fueron analizadas.
Son 253 214 expedientes almacenados. Luis Vega es la persona que tiene todo en orden.
En una de las estanterías aparece el primer fallo penal. Es una sentencia dictada el 12 de enero de 1931. Se trata del juicio contra un hombre acusado por un robo cometido en Guayaquil tres años antes. La resolución está escrita a mano, con pluma y tinta negra.
Cinco jueces firmaron el documento. Según el escrito, ellos redujeron la sentencia de tres años, dictada inicialmente por la Corte Superior de Guayaquil (actual Corte del Guayas) y lo fijaron en dos. Los magistrados consideraron que la pena anterior fue “exagerada”.
En otro anaquel están los documentos judicializados de los hermanos Restrepo. Todo está registrado en máquina de escribir. El fallo detalla que el 15 de noviembre de 1994 se impuso penas entre dos y 16 años de cárcel a los procesados por los delitos de detención arbitraria e ilegal, tortura y asesinato de los menores Santiago y Andrés Restrepo. En ese mismo sitio se conservan 32 cassettes de audios con las versiones de testigos y sentenciados.
Cassetes que contienen las versiones del caso Restrepo. Foto: Patricio Terán
Las páginas de unos expedientes penales tienen moho, están rotas o arrugadas.
Para conservar estos documentos históricos es necesario colocar cada seis meses un protector y una goma de caucho para retirar el polvo y la suciedad.
“El problema es que el Estado nunca ha comprado esos materiales necesarios”, dice Vega. Para evitar el deterioro, los documentos deberían permanecer a una temperatura de 17 grados, pero están a 11. No hay sistema adecuado.
Hay expedientes que se deterioran. Foto: Patricio Terán
En diciembre pasado, Vega remitió a la Secretaría General de la Corte un listado de las necesidades que tiene el archivo. “Pedí calefacción y materiales para conservar los documentos, también una guillotina de papel para cortar los bordes desgastados, más luminarias y estanterías”. Dice que la Corte pidió estos insumos al Consejo de la Judicatura, pero que le indicaron que no hay recursos.
El director de esa entidad, Pedro Crespo, confirma ese dato. “Tenemos una escasez de recursos por los recortes presupuestarios. Hay documentos valiosos en la Corte Nacional, pero no tenemos para comprar estanterías ni para preservar la documentación”.
Hace 15 días se levantan planos de esta infraestructura para saber qué espacios mejorar.
En las habitaciones aparecen más archivos. Hay espacios en donde se debe encender una linterna para tener iluminación. En lo más alto está la resolución del caso González y otros. Se trata de la muerte de personas en un operativo perpetrado en una farmacia de Guayaquil. En un inicio, el expediente tenía el nombre del local, pero la denominación se ha ido modificando.
En el fallo se lee que la Corte Nacional de Justicia ratificó la sentencia de 16 años de prisión en contra de cinco policías y un exagente, que fueron señalados por la ejecución extrajudicial de ocho personas y la desaparición de otras tres.
Junto a ese fallo hay otros emitidos entre el 2003 y 2015. Hay temas penales, tributarios, administrativos, de lo civil, laboral, niñez y familia.
En otro espacio están los pronunciamientos publicados entre el 2016 y el 2018. Allí las cajas con los papeles están apilados en el piso. Muy pocos están ubicados en los muebles.
En una esquina aparecen las extradiciones resueltas. Ahí está, por ejemplo, el proceso contra Luis Peñaranda, acusado por el delito de peculado. Él llegó al país el 19 de septiembre del 2001 desde EE.UU.
“Por más de cuatro años hemos pedido 200 estanterías adicionales, pero no nos dan”. Vega recorre los espacios vacíos en donde se tenía previsto ubicar los muebles.
Recoge unos expedientes que están en su escritorio, los amarra con piola y los guarda en una caja. Sabe que la única forma para conservar los escritos es limpiar el polvo cada ocho días. Así lo hace y trata de mantenerlos nítidos.