La Policía encontró los cuerpos de Yessenia y de Juan Francisco sobre la calzada, debajo de este edificio. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Departamento 43. Cuarto piso. Miércoles, 01:30. Todo estaba en su lugar. No había desorden. En un rincón de la sala, los agentes únicamente localizaron dos vasos con whisky. Abajo, sobre el asfalto, estaban los cuerpos de Yessenia Cevallos y de Juan Francisco Serrano.
Ella había muerto en la vía, por un severo trauma craneoencefálico. Él falleció camino al Hospital Eugenio Espejo, con fracturas en la cabeza; también fue hallado en la calle.
Por ahora, lo único que se conoce es que la pareja cayó desde la ventana del inmueble, unos 15 metros aproximadamente.
Los agentes recogieron la mayor cantidad de evidencias que pudieron. Al mediodía, Juan Carlos Iza, comandante del Distrito Eugenio Espejo, dijo que inicialmente se maneja como hipótesis un aparente accidente. Y descartó la muerte violenta. “No hay nada confirmado. Es difícil adelantar criterios hasta el momento”, sostuvo el oficial.
Los familiares de las víctimas también corroboran esa versión. Ellos llegaron al Departamento de Medicina Legal, en el norte de Quito, para reconocer los cadáveres.
Allí hablaron brevemente y descartaron que detrás de estos hechos exista violencia.
La pareja inició la relación en enero pasado, según relató ayer la madre de Yessenia. “Mi hija era feliz. Cuando ingresamos al departamento no había señales de pelea. Lo que pensamos es que fue un accidente”, comentó afuera de la morgue.
Yessenia tenía una hija de seis años, de una relación anterior. De hecho, los investigadores encontraron a la niña dormida, en una de las habitaciones del departamento. Los agentes entregaron a la menor a su abuela materna.
Ayer en la morgue, la familia trataba de recrear lo que pasó en la madrugada. Milton, primo de Juan Francisco, intuye que Yessenia se sentó en la ventana. “Creemos que estaba conversando y, al perder el equilibrio, cayó. Mi primo intentó ayudarla y se resbaló”, explicó el familiar.
La posición en la que los paramédicos encontraron los cuerpos avalaría esta teoría. “La chica cayó de espaldas y él de frente. Por eso pensamos que perdieron el equilibrio”, añadió ayer Milton.
Los administradores del edificio notificaron el suceso al ECU 911 a la 01:30, aproximadamente. En la llamada, el personal alertó que había dos cuerpos sobre la calzada. El organismo de emergencia despachó un equipo policial que confirmó la muerte de Yessenia y el grave estado de Juan Francisco. Según datos del ECU 911, la chica falleció por un paro cardiorrespiratorio. Su pareja, en cambio, por trauma craneoencefálico severo.
“La Policía llegó enseguida. Solo vi que los cuerpos estaban sobre el asfalto y la ventana del departamento abierta. Una ambulancia llevó a la chica a la morgue y a él lo trasladaron al hospital”, indicó uno de los empleados a este Diario.
El teniente Richard Santamaría fue parte del equipo policial que llegó al inmueble. El oficial verificó que no había rastros de violencia.
Manuel es el conserje del edificio. Trabaja desde hace un año ahí. Ayer él explicó que la joven visitaba frecuentemente el departamento de su novio. “Él solía dejar las llaves en la recepción para que ella ingresara. No eran problemáticos”.
También, explicó que en la madrugada escucharon gritos, pero nada que los alertara que algo grave pasaba en el departamento 403.
El coronel Iza señaló que hay un equipo de la Dirección Nacional de Muertes Violentas (Dinased) investigando cómo ocurrieron los hechos.
Esa unidad policial también indaga otra muerte que se registró en las últimas horas en la capital. Los uniformados hallaron sin vida a un joven de 21 años en una laguna del barrio Chaupimolino, en Pifo, parroquia asentada en el extremo nororiental del Distrito.
La víctima fue identificada como José Luis. Su familia lo reportó como desaparecido desde el sábado 23 de julio.
El coronel Pedro Velarde confirmó que los propios parientes localizaron al muchacho la tarde del martes 26 y llamaron a los equipos de rescate.
Las causas de esta muerte no se conocen, pero se cree que José Luis pudo haberse suicidado. El chico aparentemente tuvo una discusión amorosa días previos a su desaparición.
Teresa Calapiña, moradora de Chaupimolino, aseguró que vio al joven por última vez la mañana del sábado 23 de julio. Lo encontró en el barrio y le preguntó qué hacía allí. La víctima le respondió que regresaba a los cuatro meses a Pifo para ver a sus amigos y a su papá, según relató la mujer.
Las labores de rescate fueron complejas, debido a la cantidad de lodo y algas que hay en la reserva. Esa información la detalló el teniente Luis Guala, del Cuerpo de Bomberos de Pifo. Los uniformados llegaron a eso de las 14:40 del martes a la laguna y rescataron a la víctima poco después de las 17:00.
Los familiares estuvieron ayer en el Departamento de Medicina Legal y retiraron el cadáver de José Luis. Allí también permanecían los allegados de Yessenia y de Juan.