Redacción Quito
El polvo, la falta de señalización, el caos vehicular y la tardanza en la construcción del corredor vial Sur-Occidental (Miraflores- Quitumbe) molesta a los vecinos de los sectores cercanos a la vía exclusiva. Aunque la obra comenzó en julio de 2008, aún no termina.
Esta ruta, por donde circulará un sistema de transporte masivo, es utilizada por algunos conductores de buses y de autos particulares, quienes encontraron en esta vía una forma para evitar el tráfico que se genera en la av. Mariscal Sucre, en el sur de la urbe, durante las horas pico. Ni los bordillos que separan la calle con el corredor vial impiden que los conductores invadan este corredor.
Datos de la obra
La construcción del corredor Miraflores-Quitumbe cuesta a la ciudad USD 15 millones.
Todo el trayecto recorrerá USD 13,2 kilómetros en el sur de la ciudad.
Con esta construcción serían cinco los corredores exclusivos de transporte público.Aunque casi toda la vía está lista, existen tramos de la av. Mariscal Sucre que se encuentran dañados y generan problemas en la circulación vehicular. A la altura del Fuerte Militar El Pintado, en el sector de la Michelena, la calle está destruida. Por ahí pasan diariamente decenas de buses que se dirigen a Guajaló, Chillogallo y La Ecuatoriana. El asfalto en ese sector está cortado y tiene baches, esto obliga a los conductores a trepar por los bordillos y a usar la vía exclusiva del corredor.
Dina Tamayo vive en el sector de La Mascota (av. Rodrigo de Chávez) y se queja por los trabajos que se realizan en las calles y en ocasiones hasta en las veredas. Tamayo aseguró que esta construcción ha ocasionado problemas para cruzar las calles debido a la falta de señalización. “Los trabajos han hecho que la congestión sea aún más caótica”.
Pero no solo la obra del corredor ha traído problemas. El levantamiento de las paradas también genera incovenientes. Pablo Gangotena trabaja por el sector de Los Dos Puentes y aseguró que desde que el corredor empezó a construirse él tiene dificultades para llegar hasta su trabajo. “En la mitad del carril donde me deja el bus está la base de la parada de la nueva vía. Ahora tengo que caminar más para cruzar y en la esquina es difícil hacerlo”.
En algunas paradas ya están colocados los tubos que sostendrán las cubiertas, pero en otras apenas están empezando a construir la base. Esto ha ocasionado que los materiales estén botados en los parterres y en la vía. Juan Guananga vive en la entrada al barrio Reino de Quito y tiene grandes expectativas del corredor. Él cree que esta construcción facilitará el acceso a los barrios del sur y se incrementará el comercio, pero también reconoció que su construcción ha traído problemas de salud a los de su casa. “El polvo se mete por las ventanas y mis hijos se han enfermado, los muebles están sucios y siempre hay una capa blanca en las ventanas”.
Miguel Mosquera tiene una tienda en el sector de La Magdalena y, aunque espera que con la habilitación de este corredor disminuya el número de carros que circulan por la av. Mariscal Sucre, ahora se queja por las complicaciones que tienen los peatones. “Nadie hace caso de los semáforos y uno tiene que cruzar corriendo y viendo bien a todos lados porque si no le pasan pisando”.
Aunque la mayor parte de la vía está limpia y sin basura, el extremo sur, a la altura de la terminal de buses interprovinciales Quitumbe, está llena de escombros y de troncos de árboles que debieron ser cortados para continuar con la ampliación del corredor.
Sin fecha para la Maldonado
Transportistas y representantes del Municipio aún negocian la operación del corredor Marín-Quitumbe (Sur-Oriental).
Durante más de tres años, la negociación entre transportistas y Municipio no se ha concretado, lo cual viene aplazando la inauguración del circuito, que el ex alcalde Paco Moncayo ofreció para diciembre de 2008.
Según los transportistas, las fallas técnicas en la infraestructura, el pago de servicios, la falta de estudios de oferta y demanda y el modelo tarifario son algunos de los problemas que retrasan el inicio de las operaciones.
Otra de las condiciones planteadas por el Municipio era que las 11 cooperativas de transporte urbano debían asociarse en una sola empresa para discutir los términos del contrato.
El secretario de Movilidad, Carlos Páez, dijo que durante la última reunión de trabajo, el pasado martes, los transportistas acogieron la propuesta municipal. Esto, según el funcionario, facilitará que el contrato se realice con una empresa bajo una sola política operativa.
Páez adelantó que, una vez superada esta diferencia interna, ahora la discusión se centra en los últimos detalles de la operación. Sin embargo, aún se negocia un acuerdo sobre el modelo económico.