En la avenida Maldonado, a la altura del sector de La Recoleta, se colocaron lámparas. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Hileras de coloridas lámparas adornan las aceras de la avenida Maldonado, en el sector de La Recoleta. Están colocadas en la parte alta de los muros de piedra de esta zona del Centro Histórico, que está en proceso de recuperación.
Estas figuras, además de la reparación de las aceras de la avenida Maldonado, forman parte del plan de rehabilitación del barrio, en el que abundan locales de venta de uniformes militares y policiales.
Así, La Recoleta se une a otra zona atractiva de la ciudad, la de la antigua terminal terrestre del Cumandá, en la que ahora funciona un parque urbano.
En ambos sectores hubo bastante movimiento, por la cercanía de la terminal de pasajeros. Sin embargo, eso cambió cuando la estación se mudó a Quitumbe en el 2009, en el sur.
Casi al final de lo que será un bulevar está el hotel Interamericano, de 60 habitaciones. El personal se abstuvo de responder preguntas, pero personas que frecuentan el sector dicen que la inseguridad y el trabajo sexual afectan al turismo. A hostales ubicados a pocos pasos suelen ingresar parejas que se encuentran en la plaza de Santo Domingo. Y eso, según los vecinos, da mala imagen.
Joffre Echeverría, presidente del Buró del Centro Histórico, corrobora esa información y señala que este tipo de hostales está en la calle Rocafuerte y a lo largo de la Maldonado.
Además, afirma que varios establecimientos de alimentos y hospedaje cerraron, a raíz de la salida de la terminal.
Hay hoteles que siguen en pie, pero con pocos huéspedes. Rosa Catucuamba trabaja en la recepción del hotel Cumandá y ordena los cuartos, desde hace seis años. Ayer, en ese lugar estaban ocupadas apenas tres de las 42 habitaciones disponibles. Allí la tarifa va de USD 13 a 15 por noche.
El parque Cumandá sí tiene afluencia, especialmente por sus talleres, del otro lado de la av. 24 de Mayo el movimiento comercial se limita a estacionamientos y el hotel. Sin embargo, Catucuamba cuenta que el máximo de ocupación que comúnmente alcanza el hotel es de 10 personas.
La intervención en La Recoleta, según la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), tiene la intención de potenciar su carácter cívico e histórico. Además, la idea es mejorar la calidad de los espacios públicos para que los vecinos puedan usarlos con mayor seguridad.
El plan incluye el soterramiento de cables, desde la calle Borrero hasta la avenida Cardenal de la Torre (puente del Machángara). El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) está a cargo de esta fase que cuesta USD 350 000.
También se ha trabajado en mejorar la imagen de las viviendas y locales comerciales, cuyos muros solían estar cubiertos de grafitis. Las paredes tienen colores renovados y los muros de piedra están limpios.
Esta zona tiene atractivos turísticos como el museo del Convento del Buen Pastor, la fachada del colegio Ángel de la Guarda y del Ministerio de Defensa.
También se puede apreciar la belleza de las edificaciones de la época colonial.
En enero, el Ministerio de Defensa fue declarado padrino del parque. En el mantenimiento de camineras, bordillos, basureros, jardines y cerramiento metálico se invirtieron USD 49 323, que incluye un aporte del Ministerio.
Echeverría dice que así mejora el espacio público, pero que por esa zona el tránsito vehicular es alto y no el peatonal. Otro sitio cercano es la parte baja de La Ronda, que se ha vuelto un sector inseguro. Por eso, señala, las mejoras deben estar acompañadas de un trabajo con la comunidad para lograr cambios.