Una familia se encuentra aislada en su humilde vivienda en el norte de Quito. No tienen trabajo, tampoco alimentos y medicinas. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Los resultados de las pruebas de covid-19 que le realizaron al hijo de Ana (nombre protegido) son positivos. Por eso, su familia se encuentra aislada en su humilde vivienda ubicada en el barrio San José del Condado, ubicado en el norte de Quito. No tienen trabajo, tampoco alimentos y medicinas. Piden ayuda a las autoridades. A continuación su testimonio:
“Mi hijo, de 27 años, se quedó sin trabajo apenas comenzó la emergencia sanitaria por la pandemia. Pese a que es profesional no ha podido conseguir empleo y cubrir los gastos de la casa como lo hacía normalmente. Su situación se agravó cuando comenzó a presentar síntomas de esa terrible enfermedad.
Tenía fiebre, le dolía el cuerpo y tosía. Se hizo los exámenes PCR, en un laboratorio privado, con lo último que le quedaba de sus ahorros. Lamentablemente resultó positivo y con mi esposo estamos muy preocupados. Ahora, él se encuentra aislado en su dormitorio. Nosotros también tenemos síntomas como dolor del cuerpo y tos. De a poco hemos perdido el sentido del olfato y gusto, tenemos fiebre. Vamos una semana así.
Mi marido tiene 52 años y no ha podido conseguir empleo por la edad. El año anterior laboró como guardia de seguridad y perdió el trabajo. A inicios del 2020 lo contrataron como mensajero en una óptica, pero eso se acabó cuando comenzó la pandemia. Ahora solo pasamos encerrados en la casa, pero la comida comienza a escasear. Apenas tenemos arroz.
No sabemos dónde se enfermó mi hijo. Él salía de la casa solo para hacer compras al supermercado y luego tuvimos problemas. Entiendo que en mi barrio hay más casos de coronavirus. Escuché que una familia entera tiene ese problema.
Tenemos miedo que los dueños de casa nos pidan el departamento, pues debemos dos meses de renta. Tampoco hemos pagado por el servicio de agua potable y electricidad. No tenemos ni un dólar. En el centro de salud del barrio siempre me ayudaban con medicinas ya que tengo presión alta, pero la última vez que fui no tenían medicamentos.
Pedimos a las autoridades de Gobierno o el Municipio de Quito que nos ayuden. Mi marido y yo necesitamos que nos realicen las pruebas. De ser posible, que también nos apoyen con alimentos.
Nuestros familiares son de escasos recursos económicos y no pueden ayudarnos. Son pescadores que viven en la provincia de Santa Elena”.
EL COMERCIO
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