En casos de cierres o de accidentes, los agentes pueden realizar fotografías y videos. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Puede ser una herramienta para potenciar el trabajo, pero también causar una distracción. La medida de prohibir a los agentes de tránsito de Guayaquil que utilicen celulares en horario laboral (que entró en vigencia el pasado viernes, 2 de febrero del 2018 ), puso en debate la situación de sus pares en la capital.
En Quito, los 1 400 agentes de tránsito que están a diario en la calle pueden usar el celular solo para el trabajo. Tienen prohibido utilizarlo para chatear o navegar por redes sociales. Desde el 2017, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) sancionó a 11 agentes por mal uso del celular. De ellas, 10 fueron amonestaciones verbales y una escrita.
Así lo aseguró Julio Puga, director de la AMT, para quien la realidad de la movilidad de Guayaquil es distinta a la de la capital, por lo cual una medida a rajatabla no es aplicable aquí.
Puga explica que Guayaquil es una ciudad plana por lo que cuenta con una estructura vial distinta a la de Quito, donde debido a su topografía, las condiciones son más complejas.
Hay sectores donde la radio (que sirve para la coordinación del personal), no tiene cobertura. Ocurre, por ejemplo, en algunos tramos de la av. Simón Bolívar, en el túnel Guayasamín y en Guápulo. En esos casos se vuelve necesaria la utilización del celular.
Los agentes muchas veces utilizan el celular mientras dirigen el tráfico. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
¿En qué situaciones puede un agente usar el celular? Puga explica cuatro situaciones. La primera, para hacer fotografías de una infracción. Por ejemplo, para evidenciar que un auto está mal estacionado.
La segunda es para reportar un accidente. Cuando un agente alerta sobre un choque, por ejemplo, es importante que envíe fotografías para entender la magnitud del incidente y dependiendo de eso desplegar al personal.
La tercera es para verificar la procedencia de un vehículo, en lugar de usar la radio, que a veces se satura porque existen varias personas usándola.
La cuarta es para coordinar con los grupos de trabajo de la zona. Puga explica que esos grupos permiten a la autoridad tener un mejor control del despliegue del personal para hacer desvíos en casos de accidentes en ciertas vías, alertar sobre marchas, entre otros casos. Más ahora, que la tecnología permite incluso enviar la ubicación en tiempo real de la persona y saber cómo se desplaza en una zona establecida.
Los agentes también pueden usar el dispositivo durante emergencias, cuando requieran -por ejemplo- llamar al 911.
Si un uniformado utiliza el celular fuera de esos casos, está cometiendo una inobservancia a una disposición administrativa y puede ser sancionado.
Para Diego Hurtado, urbanista y experto en movilidad, la tecnología irrumpe en las actividades a todo nivel, no solo en los agentes de tránsito. La clave está en saber si el agente está o no utilizando el dispositivo para trabajar, y eso es difícil de comprobar.
Puga explica que para hacerlo, se cruza información entre las entidades de control, las cámaras de vigilancia, llamadas al ECU 911. Por ejemplo, si una persona denuncia que un agente estuvo usando su celular en cierto lugar a determinada hora, y envía una foto del agente con el teléfono en mano, el departamento de asuntos internos inicia una investigación. Si el agente dice que estaba reportando un accidente, se confirma con la base de datos si a esa hora ocurrió algún choque en ese sector. Si el argumento del agente es que estaba recibiendo disposiciones por parte de sus superiores a través de Whatsapp, se revisa el chat al que se refiere.
Para Alfredo Viteri, experto en movilidad, el número de sancionados es bajo, quizás porque la ciudadanía no se involucra y no denuncia. “Es cierto que hoy se ve menos agentes con celular, pero cuando veamos uno, debemos denunciar”, dice.
Puga asegura que se hacen capacitaciones y que, además, hay agentes de control, vestidos de civiles, que monitorean al personal. Esto, luego de que en un inicio, recibieron varias denuncias de gente que se quejaba por ese tema. Los primeros años, recibían mensualmente entre 20 y 30 denuncias de ese tipo. Hoy, dice Puga, llegan unos cinco casos al mes.
Así se procesan las denuncias
Se hace una denuncia por Twitter. Se debe dar el número del agente y una foto que muestre la falta.
La denuncia pasa a asuntos internos. Allí citan al agente en cuestión y le informan sobre la acusación.
El agente puede presentar el descargo, y demostrar que estaba usando el teléfono para un asunto laboral.
Si no puede justificar, recibe un llamado de atención. Si reincide, hay una sanción del 5 o 10% del salario.