Los cambios repentinos de clima han sido la característica principal en las últimas semanas en Quito.
Las mañanas han sido calurosas y en las tardes se producen precipitaciones leves y fuertes, lo cual genera que las vías se tornen peligrosas.
Los derrapes, exceso de velocidad, la mala visibilidad y pérdida de adherencia sobre la calzada son las principales causas de choques, estrellamientos, atropellamientos, colisiones y volcamientos.
Según las estadísticas de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), la semana con mayor índice de accidentes correspondió a la del 9 al 15 de agosto, con 75 casos.
¿Cuál es la causa de los accidentes por lluvias? En los primeros minutos de una precipitación las gotas iniciales se mezclan con polvo, aceite o piedras de la carretera y la convierten en una pista deslizante de riesgo. Así lo explica María del Carmen De la Torre, presidenta de la fundación Corazones en el Cielo, que brinda asistencia a las víctimas de siniestros viales.
Asimismo, los neumáticos pierden contacto con el asfalto y el vehículo deja de responder al volante. Este fenómeno se conoce como hidroplaneo (‘aquaplaning’). Como los neumáticos no pueden agarrarse adecuadamente a la carretera durante el ‘aquaplaning’, esta falta de tracción tiene consecuencias negativas para la seguridad del automóvil y sus ocupantes.
Los factores climáticos, como niebla, neblina, granizo o lluvia; rebasar en zonas inapropiadas; o el mal estado de la vía provocaron 1 659 accidentes entre enero y julio de este año, según la AMT.
Una cifra similar se registra en Agencia Nacional de Tránsito (ANT), en los primeros siete meses del 2020.
Los tipos de siniestros más recurrentes fueron arrollamientos, caídas de pasajeros, choques laterales angulares, pérdida de carril, volcamientos, colisiones, choques por alcance, entre otros.
Las vías en donde se produjeron la mayor cantidad de accidentes fueron la 10 de Agosto, Mariana de Jesús, 6 de Diciembre, Autopista General Rumiñahui, Simón Bolívar, Galo Plaza Lasso, Mariscal Sucre, Oswaldo Guayasamín, Panamericana Norte y Quitumbe Ñan (sur).
Una de las jornadas más difíciles se vivió la mañana del 13 de agosto, día en que se presentaron nueve siniestros en diferentes sectores.
En uno de esos incidentes, dos vehículos se impactaron en la avenida Mariscal Sucre y Loja, a la altura de San Roque, centro de la urbe, y dos personas resultaron heridas.
Asimismo, otros siniestros se dieron en el sur capitalino, como la Mariscal Sucre y Tabiazo, la Maldonado y Borbón, la Ajaví y Gaspar de Esperanza, entre otros.
Pamela Villacrés es directora de Ingeniería en Tránsito y Seguridad Vial de la AMT. A su criterio, uno de los mayores problemas es que los conductores no respetan los límites de velocidad. En avenidas como la Simón Bolívar o la Mariscal Sucre, no se debe sobrepasar los 90 kilómetros por hora. “Son las rutas más conflictivas en cuanto a las emergencias viales”.
Identifica a la curva de la Universidad Internacional como uno de los sitios más peligrosos. Precisamente, pasadas las 18:00 del domingo 15 de agosto anterior, ocho carros colisionaron allí durante la lluvia. Varios ocupantes de los carros terminaron con contusiones leves.
Otros puntos peligrosos de la Simón Bolívar se ubican en El Troje, la bajada al puente de Guápulo y el sector de La Forestal. “Por el peligro que representan las lluvias en la Simón Bolívar, a nuestros choferes les dimos la disposición de conducir a 40 km/h”, dijo Danilo Sarmiento, gerente de la compañía Sotranor.
Esta empresa brinda servicio de transporte en la Simón Bolívar, Interoceánica y E35.
Para Jaime Bravo, ingeniero en tránsito y director de la Asociación Latinoamericana de Capacitación e Ingeniería Vial (Alaci), un factor que ayuda a evitar accidentes es tener llantas en buen estado. “Un neumático en condiciones apropiadas, a 100 km por hora, es capaz de desfogar hasta cinco litros de agua por segundo”. Otra forma de prevenir es no usar audífonos al manejar con lluvia.