Los usuarios de la Ruta Viva se detuvieron, a la altura del puente del río Chiche. Aprovecharon para hacerse fotografías. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
La apertura de la nueva etapa de Ruta Viva, desde Lumbisí hasta Puembo, generó un movimiento inusual. Ayer, sábado 13 de diciembre, a la altura del flamante puente sobre el río Chiche se concentraron decenas de personas para conocer esta obra y hacer fotografías del lugar.
Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Los conductores que circularon de manera fluida por esta arteria vial, optaron por hacer un receso en este punto, para conocer la nueva estructura del río Chiche. A las 10:00, alrededor de 20 vehículos estuvieron estacionados en el costado derecho de la calzada.
Algunas personas que descendían de los carros, incluso, se cruzaron las barandas de seguridad para contemplar mejor la infraestructura que reemplazará al puente metálico que funcionaba en esta zona desde la década de los 70 y, que era considerado un cuello de botella. Tenía dos carriles, uno en cada sentido.
Gabriel Enríquez, morador de Chillogallo, quien decidió ir al aeropuerto Mariscal Sucre por la nueva vía, aseguró estar sorprendido con esta obra. Para él que se traslada desde el sur de la ciudad hacia Tababela, la apertura de la Ruta Viva le permitió ahorrar tiempo.
Antes, cuando circulaba principalmente por la avenida Interoceánica en este recorrido se hacía una hora y 20 minutos, pero ayer le tomó la mitad del tiempo (40 minutos).
Para Marío Ordóñez, morador de La Carolina, quien se dirigía a Puembo la apertura de la Ruta Viva le resultó también gratificante. Este usuario acostumbra a ir con frecuencia a este sector, el viaje le tomaba hasta cincuenta minutos. Pero ayer se hizo apenas 30 minutos. Por eso, aseguró que empezará a circular solo por esta vía.
En promedio, el tiempo de recorrido por la nueva vía, desde el sector de la González Suárez hasta Puembo, toma alrededor de 25 minutos. La velocidad promedio para vehículos livianos en la Ruta Viva es de 90 kilómetros por hora. Cuenta con seis carriles, tres en cada sentido. También, tiene dos puentes: sobre los ríos San Pedro y Chiche. La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) estima que la carga vehicular en esta vía, de 12,9 km, sea de 50 000 vehículos.
La ruta finaliza en Puembo. En esta zona los usuarios que se dirijan a Tababela deben incorporarse a la av. Interoceánica hasta la intersección de Pifo. De allí se debe circular por la E35 hasta el redondel de Alpachaca. Este trayecto tiene cerca de 14,5 km. El sector también se cuenta con seis carriles, tres de ida y tres de vuelta.
La proyección es que más adelante estas distancias se acorten. La tercera fase de la Ruta Viva (Puembo-Tababela) empataría con la terminal área. Según el alcalde Mauricio Rodas este proceso se encuentra en etapa de licitación.
Por ahora, los usuarios que van al aeropuerto Mariscal Sucre tienen cuatro alternativas. Los moradores del norte pueden ir por la Collas, los del Centro pueden optar por la av. Interoceánica o la Ruta Viva. Para los habitantes del sur y el transporte de carga la opción es la E35 o la Ruta Viva.
Ante la variedad de opciones, Marlene Vinueza, moradora de El Inca, fue con su familia para conocer el recorrido de la Ruta Viva y comparar tiempos. Con esto ella podrá decidir cuál es la ruta que más le conviene.