Los niños juegan en el parque del barrio Matovelle. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
El parque del barrio es la opción más cercana para el entretenimiento de los niños y adolescentes. Por las vacaciones, en estos espacios se observa mayor cantidad de gente que los utiliza hasta más tarde.
Uno de estos parques es el del barrio Matovelle en el centro norte de Quito. Desde las 18:00 horas, los niños ocupan los juegos, los jóvenes las canchas de fútbol y básquet y los más grandes se pasean con sus mascotas por el lugar.
La iluminación y el patrullaje de la Policía Nacional genera seguridad para los moradores que se acercan con sus hijos. Fernando Mantilla es morador del lugar. Según Mantilla, el uso del parque es una opción para la distracción de los más pequeños. “A excepción de los grafitis, todo funciona muy bien en el parque. Con las vacaciones se ve a gente que se queda hasta las 21:00”, dijo.
En esto coincide Cristina Salazar, quien acudió al parque con su hija. Para Salazar, el lugar es seguro ya que los vecinos alertan al personal policial de la UPC cercana en caso de ver algo extraño. “Los niños salen más desde la semana pasada. Por eso estamos pendientes de los patrullajes de la Policía para evitar problemas”, dijo Salazar.
A las 19:30, el escenario es similar en el parque de Carcelén, en el norte de Quito. Allí, los adolescentes ocupan la pista de patinaje, mientras niños que pasean con sus padres prueban las máquinas de gimnasia al aire libre.
Michelle Chávez es moradora y usuaria regular del parque. Según Chávez, lo que le hace falta al lugar es mayor iluminación. “Creo que la iluminación hace que la gente se vaya más temprano. Pero a esta hora uno puede encontrar los aparatos de gimnasia disponibles”, dijo.
En todo el Distrito Metropolitano hay 592 parques barriales, lo cual representa una extensión de 119, 24 hectáreas, según los datos que maneja el Municipio. La Entidad a cargo del mantenimiento de estos espacios es la Empresa Pública de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop).