El retiro de los separadores de carril de la ciclovía en la calle Antonio de Ulloa, desde la av. Atahualpa hasta la República, mejoró la circulación vehicular en esa parte del norte.
Ahora, desde la calle Rumipamba la vía es de uso compartido: tanto para ciclistas como para conductores. Este cambio se dio hace 15 días, y los vecinos y dueños de locales ya empezaron a ver los resultados. Gualberto Pérez tiene un local de venta de útiles escolares en la calle Ulloa desde hace 20 años.
A su criterio, el retiro de los separadores de carril alivió considerablemente el tránsito vehicular que se formaba en la zona. Pérez aseguró que fue un pedido de los moradores que se retiren esos elementos.
“Por acá pasaban pocos ciclistas y prácticamente se perdía un carril entero”. Este diario constató que en 30 minutos, por el sector circuló un solo ciclista. Su nombre es Paúl Mazón, de 27 años. Él confesó que no utiliza con frecuencia este medio de transporte alternativo, pero considera que el retiro benefició a quienes tienen locales y residen en el barrio, como sus padres.
Aunque sí pudo evidenciar que ahora los ciclistas deben avanzar con más precaución, debido a que algunos conductores no respetan a quienes se movilizan por este medio.
“Antes se tenía la confianza de que no invadirían el carril, ahora hay que estar más pendientes”. Desde la calle Rumipamba hacia el norte, en un tramo de cinco cuadras, se retiró completamente la señalética que indicaba que el carril izquierdo era de uso exclusivo para bicicletas. En ese punto, se pintó nueva señalética que indica que la vía es compartida.
Pero esa zona volvió a ser usada como estacionamiento por quienes realizan compras en el sector. Esto también generó molestias en quienes tienen garajes en la zona, ya que constantemente deben hacer que los conductores retiren sus autos.
Sebastián Lastra trabaja desde hace seis meses en un local de comida rápida en la calle Ulloa, en la parte posterior de la Universidad Tecnológica Equinoccial. En ese tiempo ha evidenciado el poco uso que se le dio a la ciclovía. “Si circulaban 10 ciclistas al día era mucho. Más bien ahora que ya no hay los separadores he visto que hay mayor circulación”.
Eso lo pudo constatar Pablo Burgos, de 37 años, quien ayer se movilizó en su vehículo hasta el sector de El Florón, en la av. 10 de Agosto. “Fue la decisión más coherente. De hecho, creo que se debió retirar los separadores desde hace meses”.
Para Humberto Zurita, quien tiene un local de confección y arreglo de ropa desde hace 12 años, con esta medida la calle “volvió a la normalidad”.
Diego Puente, de Ciclópolis, comentó que faltó un proceso más participativo, de implementación, de diseño, de planificación y de promoción de las ciclovías. A su criterio, se debe tener un puente de comunicación permanente y productivo con los actores involucrados en el tema para obtener mejores resultados y luego no “echarnos para atrás”, como sucedió en la calle Ulloa.
Puente, además, cree que faltaron campañas de promoción para fomentar e incentivar el uso de esa vía. “La ciclovía de la av. Amazonas al principio no tenía tantos ciclistas, pero hoy es una de las más usadas”.
No olvide
Velocidad. En este tipo de vías los vehículos no deben superar los 30 kilómetros por hora, así no haya la señalización de advertencia.
Señalización. En las ciclovías compartidas, las dos líneas entrecortadas indican el espacio que debe ser ocupado por los ciclistas.
Seguridad. Los ciclistas deben circular por la mitad de su calzada (dentro de las líneas entrecortadas). No lo deben hacer por el costado.
Respeto. La distancia mínima que se debe tener con el carril es de 1,20 metros y lo recomendable es 1,50 metros.
Doble vía. La línea amarilla que se pinta en mitad de vía compartida indica la división de carriles, tanto para conductores como ciclistas.