Por la av. Simón Bolívar puede circular todo tipo de transporte sin restricción de carga. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO
La aplicación de restricciones a la circulación de vehículos pesados y extrapesados por la avenida Simón Bolívar está en análisis. La Secretaría de Movilidad plantea que el tránsito de estos vehículos se realice solamente de 22:00 a 04:00.
Los altos índices de siniestralidad en esta vía de 43 kilómetros es una de las razones: 266 accidentes entre enero y el 22 marzo. Por esta vía van 100 000 vehículos, diariamente, cuya movilidad ha sido afectada por percances en los que han estado vinculados vehículos de todo tipo; pero cuando han sido carros pesados, las secuelas fueron más fuertes.
El 26 de febrero, por el exceso de velocidad, un contenedor quedó en la calzada, a la altura de la bajada a Guápulo. Esto causó una congestión de 14 km, sur-norte. El 18 de marzo, a la altura del sector Pueblo Unido, sur, otro tráiler se volcó, obstruyendo cinco de seis carriles: el paso se cerró dos horas.
De nuevo, la velocidad fue la causa. Pero esta no es la principal infracción que cometen los conductores de estos vehículos.
Durante un recorrido realizado el jueves y viernes pasados, se pudo observar el “desorden” con el que transitan. Un problema recurrente es el uso del carril central, lo que limita las maniobras de rebasamiento de los vehículos pequeños. Hay ocasiones y tramos en los que ocupan los tres carriles.
Restringir los horarios de circulación en la vía implica cambiar parte de la Ordenanza 147, de marzo del 2005. Esta norma, entre otras cosas, señala que la av. Simón Bolívar es parte de la red de paso del Distrito, lo que significa que no tiene restricciones de circulación.
Darío Tapia, secretario de Movilidad, dijo que esta realidad ha cambiado ya que dejó de ser una vía de paso: esto se relaciona con el crecimiento de la ciudad y el incremento del parque automotor. Por ejemplo, dice, en el 2009, en promedio circulaban 30 000 vehículos y en el 2014 fueron 50 000. Este año, la cifra bordea fácilmente los 100 000 automotores.
Otro argumento planteado por Tapia es que la vía ya no es periférica, ya que no cumple con la misma función que tenía en el 2005. “Esto se debe a la conformación de ciudades satélites como los valles o por ejemplo, San Antonio. Ahora es clasificada como una vía arterial, o de conexión entre las ciudades satélites y el hipercentro.
Varios sectores se han pronunciado sobre las restricciones. Para sustentar este cambio, la Secretaría de Movilidad elabora un informe sobre la realidad de la vía. Este texto estaría listo en tres semanas.
Hasta tanto, hay sectores que se pronuncian sobre la anunciada medida. Juan Carlos Andrade, presidente de la Federación Nacional de Transporte Pesado, prevé problemas en la cadena logística de las industrias y en los tiempos de viaje, ya que a su vez se pueden duplicar los costos y generar dificultades porque la carga se encuentre parada hasta que puedan ingresar a la vía. Es decir, generará problemas. Por esta razón, pidió abrir el diálogo.
Las zonas industriales se encuentran en ambos extremos de la ciudad: la avenida Cutuglagua (sur) y Carcelén-Calderón (norte). Hay otras industrias en El Inca, San Bartolo, Guajaló y Calacalí.
Los transportes pesados y extrapesados que abastecen o trasportan productos desde y hasta esos lugares utilizan, principalmente, la avenida Simón Bolívar, para llegar hasta las fábricas o industrias. Una de estas es Pacari Chocolate, ubicada en el sur de la ciudad.
Santiago Peralta, directivo de esta empresa, dice que la vía es fundamental para la llegada de materia prima, como el cacao, y que modificar los horarios incidiría en su negocio. Igual, pidió analizar la medida.
Édison Romo, de Macafri, industria de carne y embutidos, contó que traslada sus productos, seis días a la semana, desde Calderón, donde está su industria, hasta Sangolquí. Los viajes por la Simón Bolívar empiezan desde las 06:00. Las restricciones de circulación afectaría su producción y les obligaría a contratar vehículos más pequeños para llevar la carga.
Gerald Montesinos, presidente de la Pequeña Industria del Sector Metalmecánico, explica que la mayoría de las industrias del sector movilizan sus productos por la tarde. Por esto, de darse un cambio puede generar retrasos.
Para Blasco Peñaherrera, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, la medida tendría efectos positivos como mejorar la movilidad en la ciudad. “Se debe hacer sacrificios, limitar los horarios como todos los ciudadanos”. Prevé que no se generaría desabastecimiento, pues es cuestión de adaptarse a los horarios.
Una medida compensatoria para la Secretaría de Movilidad es fijar sitios de abasto para que las cargas pesadas y extrapesadas puedan depositarse en terminales de transferencia.
Darío Tapia dijo que una vez que se termine el estudio se iniciarán acercamientos con sectores involucrados, como industria, comercio y transporte.