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Los horarios de apertura de locales en La Mariscal dividen a empresarios grandes y pequeños

Las personas acuden al sector de La Mariscal en busca de diversión. La plaza Foch es un punto de encuentro. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO

Las personas acuden al sector de La Mariscal en busca de diversión. La plaza Foch es un punto de encuentro. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO

Las personas acuden al sector de La Mariscal en busca de diversión. La plaza Foch es un punto de encuentro. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO

Las posiciones se mantienen divididas en torno al cambio de horario de apertura de los locales de La Mariscal. Un grupo de dueños de negocios y residentes apoyan la decisión de la Intendencia de Policía de Pichincha y por tanto del Ministerio del Interior. El 8 de mayo llegó un comunicado a la Administración Zonal. Se indicaba que los establecimientos debían abrir a las 17:00 y no a las 10:00.

Esa medida provocó el rechazo de un sector, que alega que ha perdido el 70% o más de las ventas. Y han protagonizado concentraciones de alrededor de 50 personas en la Plaza Foch, con la participación de los denominados ‘enganchadores’. Ellos se encargan de llevar clientes al hablarles sobre los servicios de bares, discotecas, karaokes. Todos dicen que se han reducido sus ingresos.

Del otro lado están los empresarios de locales más grandes. “Nosotros apoyamos la medida de cambiar los horarios de apertura”, sostuvo Juan Baquerizo, del Grupo Zona, que representa a unos 45 establecimientos de La Mariscal. Según él, quienes piden que se revise la decisión tienen los peores argumentos. “Dicen que sus ventas se han reducido en el 70%. A confesión de parte, relevo de pruebas. Ya se sabe a quién le venden. Estoy segurísimo que no beben ahí los empleados públicos ni privados sino los estudiantes que llegan a las 10:00 a sus negocios y a las 17:00 vomitan por las calles de La Mariscal”.

Fernando Garcés, residente y propietario de un hotel en la calle Juan Rodríguez, también está de acuerdo con los cambios. Contó que ya enviaron correos electrónicos al Ministerio del Interior, Quito Turismo y a la Administración Municipal La Mariscal. A través de ellos expresaron su apoyo a la acción gubernamental, tomada por la Intendencia.

¿A las 10:00, ¿quién va a ingerir alcohol?, preguntó. Y respondió: ¿un ejecutivo, alguien que trabaja no puede ir a un bar a las 10:00 u 11:00, tampoco los turistas. Afirma que quienes van son los chicos que salen de la universidad o se escapan del colegio. “Buscan no solo alcohol sino droga”.

Sin embargo Garcés sí considera que se debe estudiar la posibilidad de no limitar el cierre de restaurantes a las 23:00. Como Juan Baquerizo sostiene que deberían funcionar las 24 horas del día.

“Esperamos que la Intendencia y la Municipalidad no actúen de forma política sino por el bien de esta zona”, apuntó. Y comentó que hablaron con Isabel Murillo, administradora de La Mariscal.

Le dijeron que esperaban que se imponga la razón, las ordenanzas, la normativa. “Hay que mejorar la calidad, la imagen del sector es pésima por culpa de los borrachos, por culpa de quienes venden toneladas de cerveza”.

Este Diario buscó el punto de vista de Inés Vega, la nueva Intendenta de Policía de Pichincha. Pero ella únicamente contestó: “Todavía estamos en mesas de trabajo. No me puedo pronunciar al respecto”.

Tampoco estuvieron disponibles para hablar Mao Viteri y Patricia Benavidades, propietarios de Mayo del 68 y de un restaurante, opuestos a la disposición de abrir a las 17:00 y no desde las 10:00.

Edwin Castelo, anterior intendente de Policía de Pichincha, no quiso hablar sobre la polémica generada en La Mariscal. Pero accedió a explicar por qué se tomó la medida. Señaló que los horarios de funcionamiento a escala nacional son los mismos.

“En Quito hay diferencias entre las horas de apertura de restaurantes y de bares y discotecas. En La Mariscal estaban funcionando según los horarios que ellos (los dueños de negocios) se habían puesto. Lo que se hizo fue unificar los horarios en Pichincha. No hubo cambios ni aumento ni disminución, es lo que rige para todos”.A Castelo le sorprendieron las palabras de algunos propietarios de restaurantes y bares, quienes afirmaron que si los jóvenes no acuden desde temprano a comprar cerveza o a tomar en La Mariscal, se dirigen a tiendas o a otros locales en el sur.

“Imagínese lo que ellos dicen, hay estudiantes que van a tomar en la mañana a esa zona de la ciudad. A restaurantes incluso.

Cada actividad económica tiene su función, no son cantinas ni discotecas, deben vender alimentos. Lo que se hizo fue unificar el horario para todos. El Ministerio del Interior manda la homologación de horarios, la única excepción es Quito con su Ordenanza 201, para que bares, discotecas y cantinas funcionen hasta las 03:00; en el país, el cierre es a las 02:00”.

Baquerizo apuntó que en lo que se refiere a los restaurantes, en la ciudad existe una clasificación entre los locales de primera, segunda. “Eso no se establece al azar sino según un monto de inversión y compromisos de cumplimiento”, aclaró. Por eso, adelantó que pelearán para que únicamente se permita que los restaurantes de primera funcionen durante las 24 horas del día.

“Hay que quitarse las caretas. No podemos acompañar en el baile a una docena de bares o cantinas que emborrachan a jóvenes, vistiéndose de restaurantes. Que no tienen ni suficientes sillas propias sino regaladas por las cerveceras. Se requiere equidad, pero más que nada calidad porque es una zona turística”.

Gustavo Terán de Grupo Nu es el vocero de cuatro establecimientos que funcionan en la Plaza Foch. Se trata del Q Restaurante, Hotel Nu House, Azuca y Coffee Bar. Para él, la salida más rápida es limitar el horario de funcionamiento. “Entiendo que se encamina a cerrar cantinas que han proliferado en La Mariscal. Pero esto no distingue entre los lugares buenos y malos. Ojalá sea algo temporal, mientras se corrigen otras cosas de fondo que afectan al tema de calidad que requiere una zona especial turística como La Mariscal”.

Terán pide revisar lo que ocurre de 17:00 a 24:00, tiempo en el que, “igual siguen funcionando locales con muy bajos estándares de calidad, que promueven el consumo excesivo de alcohol, en donde no se fijan si afectan a menores de edad. Con limitar el horario no se arregla el tema, debe haber negocios formales, serios”.

Este empresario pide revisar otros parámetros de servicio. Y recuerda que en otros países existe una licencia de alcohol, que se entrega cuando un establecimiento cumple con una serie de condicionamientos que lo certifican como una empresa con ciertos estándares de limpieza, calidad, reglas en la manipulación de alimentos. "Si mañana venden alcohol a un menor de edad se pierde automáticamente el permiso. Deben revisar que el alcohol que venden no sea de contrabando, aquí ofrecen una pecera por USD 11, con licor para por poco dejar ciegas a las personas”.

Sobre el comentario de algunos propietarios de locales inconformes porque sus espacios se mantienen abiertos desde temprano y no desde las 17:00, respondió que todos los años tramitan permisos como restaurantes y bares. “Pueden visitar nuestros cuartos fríos, cocinas y demás instalaciones. Si un cliente pide una comida y también una bebida, tenemos una autorización. Pasamos todas las inspecciones de la Agencia de Regulación y Control Sanitario incluso, de Bomberos… Es fácil descalificar a los formales”.

El exalcalde de Quito, Paco Moncayo, opinó que el control sobre este tema de horarios debería estar en manos del Municipio. Asegura que una medida así debe ir de la mano de otras políticas y programas. Él dice que en su época cuando regularon el horario de apertura y cierre de establecimientos de diversión proliferaron las fiestas en casas particulares. Y ahí no había posilbidad de ejercer control".