Los cuatro principales ríos de Quito (Machángara, Monjas, San Pedro y Guayllabamba) están contaminados. Montañas de basura, escombros, muebles y hasta animales muertos que los vecinos arrojan en las orillas, no son los principales contaminantes. Lo que más afecta a los afluentes son las aguas residuales que salen de las casas.
Hoy, el vespertino Últimas Noticias publica un reportaje en el cual se revela que el 81% de contaminación es por las aguas servidas. El 19% restante es causado por los desechos industriales, como químicos, aceites, etc.
¿Cuáles son los ríos más sucios de la capital? En el Machángara y el Monjas se descargan todas las aguas servidas de la zona urbana. El San Pedro y el Guayllabamba reciben las provenientes de las zonas periféricas.
Los dos primeros ríos tienen otro problema: sus cuencas son muy angostas, lo cual no facilita su recuperación. Según los estudios efectuados por la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), estos ríos tienen más aguas servidas que potable.
En el caso del Machángara no solo su color gris refleja su contaminación, también el olor nauseabundo que se percibe al recorrer por sus orillas. Atraviesa cuatro sistemas principales de quebradas: Río Grande, Ortega, Caupicho y Calicanto, y recorre sectores como El Recreo, Villa Flora, La Recoleta, Orquídeas y el trasvase de Cumbayá.
En las orillas de este afluente, desde la Villa Flora hacia el sur, se construyó un parque lineal, que también está descuidado. Los juegos están destruidos, las aceras rotas, los senderos de madera incompletos, etc. Los vecinos denuncian que algunos sectores del parque se han convertido en el lugar de descanso de indigentes.
El Monjas, en cambio, luce rodeado de charcos llenos de agua putrefacta y amarilla, que en algunos casos son de 1 metro de profundidad. Una imagen realmente desagradable.
La imagen del río San Pedro es mejor en comparación con los dos anteriores. La razón: cruza por zonas periféricas que tiene una menor población que la que existe en el Distrito.
El río Guayllabamba, en cambio, se forma de la unión del San Pedro y Machángara. Unos kilómetros más adelante recibe aguas del Monjas. Es decir, es el último receptor de toda la contaminación por aguas servidas que se genera en la capital.
La Epmaps tiene previsto ejecutar, durante los próximos 10 años, un plan para descontaminarlos. Luis Antonio Gómez, encargado del proyecto, explicó que el propósito es evitar que las aguas residuales lleguen a los afluentes. Para lograrlo, se prevé construir un sistema de conductores que terminarán en una planta de tratamiento en Vindobona.
Por ahora, el plan se aplica en el Machángara. Se apuntó a cuatro objetivos: asegurar la canalización técnica de aguas servidas, mejorar la dotación de cantidad y calidad de agua potable, mejorar la calidad de vida y la salud de la población; y optimizar la sostenibilidad ambiental.
Vida para Quito
Durante la administración del ex alcalde Paco Moncayo, la recuperación y el cuidado de los ríos estuvo a cargo de la Corporación Vida para Quito. A su cargo también estuvieron los parques.
Con el alcalde Augusto Barrera se eliminaron las corporaciones en el Distrito.