Un grupo de limpiaparabrisas se ubica en la avenida Mariscal Sucre, en El Condado. Foto: Eduardo Terán / El Comercio
Pese a los operativos de control y a los exhortos que se han realizado a lo largo de este año, las escenas se repiten en las principales vías de Quito.
El semáforo se pone en rojo, los vehículos paran y los limpiaparabrisas se acercan. Unos lo hacen de forma intimidante e inquietan a los ocupantes de los autos. Otros preguntan si pueden arrojar agua sobre las ventanas y se retiran si los conductores no les autorizan.
En las redes sociales los usuarios reconocen esa realidad y piden a las autoridades que los controles se refuercen, sobre todo en esta temporada de Navidad y fin de año, donde el número de limpiaparabrisas se incrementa.
La Agencia Metropolitana de Control (AMC), a cargo del Municipio, señala que sí supervisa. Recuerda que desde el 23 de mayo pasado se iniciaron los operativos: más de 250 personas han sido retiradas en varias intersecciones semaforizadas de la capital.
Actualmente, la institución ha identificado 12 puntos críticos en donde se ubican personas dedicadas a esa actividad: El Condado, salidas de los túneles Guayasamín y San Juan, Naciones Unidas y sus intersecciones con la avenida De los Shyris y 10 de Agosto, República y Eloy Alfaro, Eloy Alfaro y 6 de Diciembre, América, La Y, Gaspar de Villarroel, Granados y 6 de Diciembre y avenida Patria.
Dos hombres aprovechan el semáforo de las avenidas Amazonas y El Inca para limpiar. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La AMC asegura que unas 200 personas trabajan limpiando vidrios. Asimismo, en lo que va del año se han levantado 422 actos de inicio contra personas que hicieron mal uso del espacio público.
De ese grupo, el 50% corresponde a limpiaparabrisas, la mayoría extranjeros. Eso implica que se les entregó un documento con el cual fueron notificados que se abrió un proceso en su contra por el mal uso del espacio público.
Una cuadra más abajo del ingreso al sector de El Condado, tres limpiaparabrisas se concentran en los semáforos de la avenida Mariscal Sucre y San Francisco de Rumiurcu. Caminan entre los automotores y asumen que tienen permiso para limpiar el parabrisas . Algunos conductores encienden las plumas para impedirlo. Otros caminan con dirección al parterre y se sientan allí.
Cada vez que el semáforo cambia a luz roja en ese sector, los limpiaparabrisas se acercan a un vehículo.
Patricio Borja dice que siente temor al verlos. El jueves anterior, él circuló con su auto por la avenida Mariscal Sucre, más abajo de El Condado, y se le acercaron unos hombres. Le dijeron que limpian los vidrios gratis y que la próxima vez les podía pagar. “Eso es intimidante, no sabemos cómo van a reaccionar”, señala.
Pero los puntos señalados por la AMC no son los únicos. En un recorrido, este Diario encontró otros. Por ejemplo, seis hombres se ubicaron en la intersección de las avenidas Amazonas y El Inca.
La estrategia es la misma. Se acercan a los carros y sin autorización de los conductores lanzan agua con jabón en las ventanas. Cuando son mujeres, ellos continúan con su actividad. Si son hombres paran y cambian de carro. “A veces no tengo sueltos y toca darles unas monedas como sea. Si no tenemos se enojan. A veces se han ido golpeando el carro”.
Otros hombres se ubican en las intersecciones de la avenida Amazonas con la
Jaime de la Torre, de 52 años, señala que estas personas deben ser controladas. “Algunos son agresivos. Si no les entregamos dinero reaccionan. Una vez, en el sector de La Y, en el norte, un hombre hundió el capó del motor de mi camioneta con un cabo”. Vinicio Arellano, de 56, contó que en la Amazonas y El Inca un hombre le insultó por negarse a que limpien los vidrios. “Me dijeron que era un muerto de hambre”.