Los comerciantes y trabajadores reunieron donaciones como alimentos no perecibles y papel higiénico. Foto: EL COMERCIO
Todos: vendedores de frutas, legumbres, hortaliza, mote, incluso los guardias de seguridad, personal de limpieza y gente que trabaja haciendo recorridos con las camionetas se unieron para apoyar a los damnificados de la Costa.
Luego del terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter que sacudió al país el 16 de abril, los comerciantes y trabajadores de los mercados de la capital se organizaron para reunir donaciones y dar una mano a aquellas personas que lo perdieron todo.
Fidel Betún, del Frente de Defensa y Modernización del Mercado de San Roque, cuenta que la semana siguiente de ocurrido el sismo, los comerciantes se organizaron para colaborar y lograron reunir más de cinco toneladas. La siguiente semana, volverán a reunirse para planificar un nuevo envío.
Su ayuda no formó parte de los planes municipales ni gubernamentales. Mandaron el camión, por sus propios medios y un grupo de representantes entregó las donaciones en Esmeraldas. El Frente agrupa a 16 organizaciones que trabajan en el mercado, es decir, más de 3 000 personas. Entre ellas están la Asociación Ambrosio Laso, 4 de Diciembre, 5 de Diciembre, 17 de Noviembre, Afroecuatoriana, 8 de Marzo, Primera Ecuatoriana, Santo Domingo, Independiente y 14 de Febrero. Además, una asociación de camionetas que presta servicio en el sector.
Betún asegura que la organización fue clave. Se reunieron los dirigentes de las organizaciones y de la liga barrial para coordinar la logística y decidieron habilitar un centro de acopio en el Centro Cultural Bilingüe de San Roque.
No donaron los productos que se venden en los puestos pues acordaron que las legumbres, hortalizas y frutas se podían dañar en el viaje y podía llegar en malas condiciones. Mandaron granos secos, arroz, azúcar, fideos, tallarines… Además, papel higiénico, cepillos dentales, jabón, medicamentos y ropa.
Los vendedores del Mercado de Iñaquito también se hicieron presentes. Además de enviar donaciones a la Costa, colaboran con los albergados que están en la capital. Etelvina Sangucho, quien tiene un puesto de venta de mote en este centro de abastos, cuenta que las vendedoras enviaron más de USD 6 000 en compras de alimentos no perecibles como algodón, atún, granos y comida para perros. Cada uno de los 240 puestos colaboró con mínimo USD 20 en productos. Debieron presentar incluso la factura para entregar la donación. Además, las compañeras que venden fruta envían alimentos a los albergues cercanos.
El ayudar a los damnificados las llena de alegría. Así lo asegura Mariana Morales, también vendedora del Iñaquito. “De lo poco que tenemos, hay que compartir. Hoy por ti, mañana por mí”, comenta la mujer.
La dinámica fue similar en el Mercado de Santa Clara. Mariana Caizaguano, quien vende allí hace más de 20 años, cuenta que la oficina del centro de abastos se volvió punto de acopio y los 240 comerciantes fueron a dejar sus donaciones. Entregaron alimentos y vituallas.
Félix Villacís, gerente de operaciones del Mercado Mayorista, contó que desde allí se despacharon cinco camiones de ayuda, uno de ellos, cargado con dos mil galones de agua. La administración del mercado coordinó las actividades relacionadas con el líquido vital. Por ejemplo, se encargó de comprar los envases y una distribuidora de la avenida Eloy Alfaro donó el agua.
El mercado cuenta con 42 asociaciones, en total son 1 280 comerciantes. Cada asociación donó colchones. Se enviaron además, kits de ayuda en las gestión de abastos, con arroz, enlatados y bebidas.
Jorge Morocho, presidente de la asociación de comerciantes del mercado, contó que la Policía Metropolitana custodió el envío y la ayuda fue llevada a pueblos alejados donde otras donaciones todavía no llegan.