Chillogallo celebró su fiesta en honor al 23 de mayo de 1822 con música y comida. Foto: Diego Puente/ EL COMERCIO
La parroquia de Chillogallo, una de las más grandes del Distrito, disfrutó de la presentación de 12 músicos, entre grupos y solistas. Con esta serenata se cerraron las fiestas en honor al 23 de mayo de 1822, cuando el mariscal Antonio José de Sucre pernoctó en este sitio, antes de que se produzca la Batalla de Pichincha.
Los vecinos de Chillogallo cantaron y bailaron con la música de los Cuatro del Altiplano, Singlar, Constelación Vallenata, Las Residentas, Patricio Anchico, la orquesta Los Reales y otros grupos locales.
Pero no solo hubo música. En nueve carpas se ofreció comida típica. Hornado, tortillas, morocho y canelazos fueron parte del Menú. Graciela Panchi, comerciante, vendía chaulafanes a USD 1,50.
Esas fiestas contaron con el auspicio de la Administración Zonal Quitumbe. Voceros municipales indicaron que con estos eventos se busca fortalecer la identidad y la memoria histórica.
Cerca de 1 500 personas disfrutaron de las actividades que fueron parte del cierre de la conmemoración histórica que realiza esta parroquia.
Pero no todo fue fiesta. Los dirigentes solicitan a las autoridades locales y nacionales que mejoren servicios básicos. Marcela Ortiz, presidenta de 48 barrios de la parroquia Chillogallo, indicó que hay sitios que no tienen adoquín.
Piden que se agiliten las obras de acondicionamiento que se hacen en los parques lineales y la regularización de barrios. “Es un proceso muy lento y hay problemas porque algunos no tienen luz, agua”.