Han pasado tres días desde que la “quebrada seca” se desbordó a causa de las torrenciales lluvias del domingo 31 julio de 2022.
Desde ese entonces la comunidad se organizó para ayudar a las 14 familias que perdieron sus enseres. Este Diario recorrió la zona afectada este 3 de agosto y el ambiente fue distinto.
Las personas se unieron para instalar una cocina comunitaria y gracias a las donaciones de la ciudadanía prepararan los alimentos para las familias. En tanto, el personal de las empresas municipales realiza la limpieza de las viviendas y calles.
Susana Sigcho perdió todos sus bienes, incluidos los animales que criaba para su comercialización.
Cuenta que, en medio del temor de ser arrastrada por la corriente, sacó a su hija y nieta de ocho días de nacida.
“No pudimos sacar nada, ni siquiera las cositas del bebé. Todo se perdió. Con las justas pudimos subir al segundo piso para ponernos a salvo”, relata.
Ella relata que cuatro familiares más que perdieron todo fueron alojados en una vivienda del sector. Con las donaciones de colchones y cobijas adecuaron el inmueble.
Otro espacio que sufrió daños fue el Centro Cultural de la comunidad, ahí también funcionaba un museo. Los cursos vacacionales que estaban previstos para este 1 de agosto fueron suspendidos. El agua ingresó a las instalaciones y mojó las esculturas y artículos arqueológicos de la zona.
Acciones del Municipio
Ana María Sánchez, administradora zonal, informó que instalarán mesas técnicas con las diferentes instituciones municipales para analizar el uso del suelo y reubicación de las familias.
Además de plantear estrategias para evitar la tala de árboles y que las personas boten basura.
La funcionaria señaló que asciende a 41 personas que fueron afectadas por la inundación.
Sánchez enfatizó que la zona es susceptible de riesgos por las quebradas que están cerca y las construcciones al filo de las mismas. Dijo que la evaluación técnica es importante.
En cuanto a la construcción del ducto por parte de la Prefectura de Pichincha, Sánchez mencionó que trabajan en conjunto para analizar si realizan modificaciones o se retira esa obra.
Paola Pabón, prefecta de Pichincha, dijo que dicho ducto fue construido hace 10 años. Explicó que esta zona, anteriormente, no recibía residuos de la parte alta. “Hoy en día hay asentamientos consolidados dónde ha aumentado la carga de aguas servidas y además enfrentamos un invierno distinto”.
Puntualizó que existe un cambio general y lo que se pretende es encontrar una solución estructural junto al Municipio.
Desde el domingo 31 de julio el trabajo de la maquinaria de la Prefectura, Empresa de Seguridad del Municipio se desarrolla sin descanso, sin embargo, el lodo y los escombros no han sido evacuados en su totalidad.