Desde el lunes próximo, con el inicio del nuevo año escolar en la Sierra, 952 buses y furgonetas de transporte escolar circularán en el Distrito Metropolitano de Quito sin haber pasado la segunda revisión vehicular del año.
Según el último reporte de la Corporación Municipal para el Mejoramiento del Aire (Corpaire), de las 2 820 unidades registradas por el Municipio, 1 868 han cumplido con este requisito. Es decir, el 66%.
Si bien los propietarios pueden cumplir con este requisito hasta noviembre de este año, lo óptimo es que acudan con sus unidades antes del inicio de clases.Según el Acuerdo Ministerial 608 del Ministerio de Educación, del 8 de diciembre del 2006, los rectores de los centros educativos, conjuntamente con el Comité de Padres de Familia deben contratar, de manera opcional, el servicio de transporte escolar.
Los padres de familia pueden verificar el estado de la unidad que contrataron para el transporte de sus hijos a través de dos maneras.
La una es constatando que la unidad tenga en su parabrisas el adhesivo de aprobación de la Corpaire. Según Bladimir Ibarra, director técnico de la entidad, es importante que el usuario compruebe que el distintivo sea original. “Luego de la revisión del segundo semestre, en la unidad se coloca un sello amarillo. En los seis primeros meses del año rigió uno de color rojo”.
Quien desee tener más información del estado de un vehículo escolar puede ingresar a la página web de la Corpaire. En la parte superior del sitio hay un ‘link’ Consulte/Pague revisión vehicular. Tras hacer un clic en esta opción, el interesado deberá digitar la placa de automotor contratado.
Aparecen las fechas de las últimas revisiones, el sitio dónde acudió y si aprobó o no. Si el interesado quiere saber los motivos por los cuáles reprobó puede digitar la opción Más. Allí, en cambio, se desplegará una ventana con un listado de los defectos registrados y su ubicación.
Édwin Dávila, padre de familia, no sabía sobre la existencia de esta página web. Su hijo Santiago, de 5 años, va a segundo de básica en el jardín José Luis Román. Asegura que desconoce el estado del vehículo que trasladará a su niño, desde el lunes próximo.
“No había pensado en ese detalle. Por el momento no lo sé. Sería muy bueno que los padres pudiéramos ingresar a la web y así conocer el estado del bus”.
Entre tanto, los centros de revisión vehicular ubicados en Guajaló (sur) y Carapungo (norte), donde se chequean a los buses escolares y urbanos, reciben a diario a decenas de conductores.
El martes pasado, hasta Carapungo llegó Carlos Caiza, dueño de una furgoneta nueva, marca Kia. Con el automotor trabajará por primera vez en un colegio particular, ubicado en Cumbayá.
Pese a que su vehículo es del año no pasó. Esto, porque Caiza no contaba con el permiso operacional que otorga la Empresa de Movilidad. Sin ese documento, el bus no puede aprobar la revisión.
Según la Corpaire, los buses escolares reprueban el chequeo por ocho causas (ver recuadro).
Principales fallas
La primera falla por la cual un bus escolar no pasa la revisión es el labrado de las llantas. Las delanteras deben tener, mínimo, 2 mm de profundidad.
Los buses tampoco aprueban por superar el límite de opacidad. Esto es más del 50% en los carros con año de fabricación sobre el 2000 y el 60% para los vehículos anteriores a 1999.
La emisión de humo azul es otra causa por la cual un bus reprueba. Esto implica que la unidad tiene un problema en el motor o este debe limpiarse.
En cuarto lugar está la falta de cinturones de seguridad adecuados en los asientos posteriores del vehículo.
Los buses escolares tampoco pasan la revisión cuando los faros frontales no funcionan de manera adecuada.
Otra de las fallas que registran con frecuencia los automotores de este tipo es la ineficacia del freno de mano.
Una causa constante de rechazo es la falla del sistema de frenos. Este problema es constante en los buses.
El último defecto es el mal funcionamiento de las luces de frenado. Por lo general, estas se queman y los dueños se dan cuenta solo cuando acuden a la revisión.