Los habitantes de El Tejar piden que el servicio del Sistema Integrado de Transporte regrese a los barrios altos. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Desde hace dos semanas, las personas que viven en los barrios altos de El Tejar enfrentan un lío de movilidad. Los buses que hacían las veces de alimentadores ya no están conectados al Sistema del Corredor Central Norte, por ello deben pagar tres pasajes en lugar de uno para acceder al corredor exclusivo.
Este problema afecta a más de 8 000 personas que viven en El Tejar Alto, El Tejar Bajo, El Placer Alto, El Placer Bajo, Álvaro Pérez y Eugenio Espejo.
Los inconvenientes con el transporte público en esta zona tienen una larga historia.
Tan complejo es el tema, que incluso el Cabildo formó una comisión de movilidad. Fabiola Montúfar es su presidenta. Recuerda que gracias a la organización comunitaria consiguieron hace ocho años que el alimentador del Corredor Central Norte recorriera los barrios altos y los llevara al Seminario Mayor, donde se conectaban con el corredor. Así, pagaban un solo pasaje. Esa ruta es cubierta por buses de la Cooperativa Cotocollao.
El 28 de febrero, el presidente de la cooperativa les informó que suspenderán el recorrido hasta El Tejar porque el tramo es muy corto y tienen pocos pasajeros. Los vecinos pasaron el feriado sin transporte.
El 6 de marzo, los moradores acudieron a la Secretaría de Movilidad y consiguieron que días después los buses regresaran al sector. Pero hoy, esas unidades ya no pertenecen al Corredor Central. Los buses solo recorren las calles de la zona y dejan a los pasajeros en la parte baja de El Tejar. Luego deben tomar otro bus que los lleve al Seminario Mayor y allí pagar un tercer pasaje para ingresar al corredor exclusivo.
La líder del barrio cuenta que la disposición de la autoridad es que en hora pico los buses hagan el recorrido hasta el Seminario, pero eso no ocurre.
A Carmela Riofrío y a sus dos hijos no les quedó más opción que dejar de tomar leche y queso en el desayuno. Cuenta que antes toda la familia gastaba USD 2,50 al día en pasajes. Hoy gastan USD 7,50.
Ella trabaja atendiendo un centro naturista en La Prensa y gana el sueldo básico, por lo que para compensar ese gasto extra empezaron a tomar “café en agua”. Y hoy se tarda 10 minutos más en llegar porque debe tomar varios buses.
Los vecinos se quejan de que el servicio siempre tuvo inconvenientes, por ejemplo, los conductores no respetaban los horarios ni las frecuencias, debían trabajar a las 06:15, pero a veces llegaban a las 07:00.
A Eulalia Falconí, lo que más le molestaba era la arbitrariedad que tenían los conductores respecto de la ruta. Cuando no había mucha gente, nos obligaban a desembarcar en la parte baja de El Tejar. “Pero al menos teníamos el corredor”.
Estas dificultades hicieron que la zona se volviera un punto atractivo para el taxismo ilegal. Hoy, unos 70 carros brindan ese servicio. Cobran USD 1 por persona y hacen el mismo trayecto que el bus. Suben por la calle El Cebollar y llegan a la parada de la Juan Soto y Andrés Paredes. Los vecinos admiten que los taxis, a pesar de ser viejos y de no siempre estar limpios, son una ayuda, pero su pedido es contar con un buen sistema de buses.
Para Alfredo Viteri, experto en movilidad, esos problemas ocurren con mayor fuerza en lugares alejados, pero también en barrios ubicados en zonas altas. Sostiene que la cantidad de buses que hay en Quito es suficiente, pero las rutas están mal establecidas. “Es necesario hacer una reorganización de rutas y frecuencias -dice- y buscar formas de controlar la calidad del servicio que se da a la comunidad. Debe haber sanciones a los infractores”.
La Secretaría de Movilidad tiene conocimiento de este caso. Roberto Noboa, técnico de la Dirección de Gestión de la Movilidad, indicó que esa siempre fue una ruta conflictiva. Sin embargo, hace dos semanas se firmó un nuevo contrato con el operador del Corredor Central Norte, lo que implica mejorar el servicio.
En el momento están en una etapa de prueba, pero aspira a que para la próxima semana el nuevo esquema se aplique.
En lugar de tener una sola ruta se aplicarán dos trayectos: el primero irá de El Placer a El Tejar y el segundo, de El Tejar al Seminario Mayor.
El nuevo contrato durará 10 años. Los buses brindarán el servicio desde las 06:15 hasta las 18:50. Pero dependiendo de la afluencia de gente, podría extenderse hasta las 20:00.