Jóvenes llevan banderas del partido Izquierda Democratica en Quito. Foto: EL COMERCIO
Los dirigentes de la Izquierda Democrática preparan un festejo para celebrar este miércoles 27 de julio del 2016 su retorno formal a la política partidista. Lo informó Wilma Andrade, la presidenta de la organización, quien lidera el proceso de reinscripción del partido en el Consejo Nacional Electoral.
Hasta este martes 26 de julio, la tienda naranja llevaba, según sus registros, 173 121 afiliaciones verificadas. Para cumplir con el requisito del Código de la Democracia requiere de 174 199, equivalentes al 1,5% del registro electoral utilizado en la última elección pluripersonal de carácter nacional.
El conteo de las alrededor de 57 400 afiliaciones de este partido que quedan por revisar se retomará mañana, por lo que se prevé que a las 11:30 ya se pueda hacer un corte y comprobar si se llegó a la cifra necesaria.
Andrade convocó a los militantes de la Izquierda Democrática para esperar esos resultados en el antiguo Comisariato del Ejército, en el norte de Quito, en donde está el centro de operaciones del Consejo para la verificación de firmas.
Allí planean celebrar el regreso del partido y empezar el camino hacia las elecciones del 2017. Este retorno empezó a fraguarse con una reunión a mediados del 2014 entre antiguos líderes de provinciales y nacionales. Ellos hablaron Andrés Vallejo para iniciar el proceso.
Tuvo también la venia del principal líder histórico del partido, Rodrigo Borja, expresidente de la República y del ex alcalde de Quito, Paco Moncayo, entre otros. Borja estuvo en una segunda reunión, en enero del 2015, en donde se tomó la decisión de trabajar a fondo para lograr el regreso del partido naranja.
Ellos acompañaron en los procesos de difusión del proyecto y en la recolección de afiliaciones alrededor del país. La Izquierda Democrática, inscrita oficialmente la primera vez en 1978, pidió al Consejo Nacional Electoral volver con su color naranja y su número tradicional, la lista 12.
Luego de enfrentar algunos problemas internos protagonizados por Dante Bacigalupo y Ramiro González (por un lado) y Henry Llanes y Andrés Páez (por el otro). El partido no cumplió con la disposición de reinscribir a toda organización política antes de las elecciones generales del 2013 y quedó fuera de esa contienda electoral y de la del 2014.
Los líderes involucrados siguieron caminos por separado: González fundó su propio partido Avanza y Páez llegó a la Asamblea Nacional como candidato de Creo, el partido de Guillermo Lasso, del que ahora se ha distanciado.