José Miguel Vivanco, director de la división de las Américas de Human Rights Watch (HRW), no escatima críticas al gobierno del presidente de Ecuador Rafael Correa, y afirma que su actitud hacia la libertad de expresión es “sumamente preocupante” y de “graves retrocesos”.
“Lo que está ocurriendo es sumamente preocupante”, dijo Vivanco en una entrevista telefónica con la AFP , una semana después de la publicación de un severo informe del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) que considera que Correa, en el poder desde enero de 2007, ha transformado su país en uno de ” los más restrictivos para la prensa ” .
Según el informe del CPJ, con sede en Nueva York, el mandatario socialista, que en julio pasado logró una condena al diario ecuatoriano El Universo, con multa de 40 millones de dólares y penas de cárcel para tres de sus directivos y un columnista por difamación, “ha conducido a Ecuador a una etapa de represión generalizada”.
“La sentencia contra El Universo es un sacudón que coloca a Ecuador en el mapa de los países donde se producen retrocesos graves en materia de libertad de expresión. La comunidad internacional debe tomar este tema en serio y hacer ver al gobierno ecuatoriano que está cometiendo errores graves”, dijo Vivanco.
El CPJ, que cita datos de la ONG ecuatoriana Fundamedios, afirma que entre enero de 2008 y julio de 2011 se han documentado 380 violaciones a la libertad de expresión. De 22 casos reseñados en 2008, se escaló en 2010 a 151.
“Es un informe muy sólido”, afirmó Vivanco, quien opinó que hasta ahora ” no ha habido suficiente atención por parte de la comunidad internacional a lo que está ocurriendo ” en Ecuador.
“Ecuador no estaba en el radar”, insistió el directivo de HRW, organización internacional de defensa de los derechos humanos, al considerar que la situación de los medios en Venezuela bajo la presidencia de Hugo Chávez, aliado de Correa, ha monopolizado la atención.
Según el informe del CPJ, Correa ha superado el “nivel de otros mandatarios regionales” en su uso de los medios al servicio del Estado para “desacreditar a periodistas que exponen puntos de vista opuestos a las políticas de su administración”.
“En Ecuador hay cero tolerancia a opiniones y críticas de los medios, de políticos, de miembros de la sociedad civil, inclusive de líderes indígenas”, dijo Vivanco, al denunciar “manadas de insultos y descalificaciones” por parte del gobierno.
Pero Correa y su círculo más cercano consideran que libran una lucha legítima contra un sector de la prensa, dominado por intereses privados, que se muestra “corrupto y mediocre”.
El secretario de Comunicación del gobierno, Fernando Alvarado, dijo en un comunicado esta semana que el informe del CPJ responde a una “campaña de desinformación de algunos medios privados”.
“Si pecásemos del mismo vicio de ciertos medios, es decir, desinformar o calumniar, dichos medios hubiesen estado en libertad de exigir reparaciones, lo cual no han hecho”, manifestó.
En nombre de la defensa de lo que llama una lucha por la información “veraz”, Correa logró vía referendo un aval para que el Congreso cree un consejo de regulación de los contenidos de la prensa.
Además, durante su gobierno se ordenó la incautación de una decena de medios a banqueros a raíz de una crisis financiera a fines de los 90, y ha recurrido a la figura del desacato, que penaliza la falta de respeto a la autoridad.
“El desacato es una norma penal de otra época. La usaban los gobiernos monárquicos hace varios siglos con sus súbditos”, criticó Vivanco.
“Ecuador está caminando en sentido contrario a la región. Un mandatario debe ser objeto de mayor escrutinio por el tremendo poder que tiene. Una democracia debe permitir el comentario ácido, ridículo e incluso ofensivo hacia el jefe de Estado, quien tendrá siempre a su alcance todos los micrófonos”, añadió.
Según la Fundación Ethos, con sede en México, desde enero de 2007 ha habido en Ecuador 1 025 transmisiones presidenciales en cadena (obligatoria para todos los medios nacionales que emiten en abierto), equivalentes a más de 150 horas.
“El numero de cadenas es alucinante. Deberían usarse únicamente para temas excepcionales, pero sirven para descalificar e insultar a cualquiera que formule opiniones hostiles”, afirmó Vivanco.