Presentación del libro ‘Testimonio de Un Comandante’, del General Ernesto González. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Ernesto González prefirió no referirse a los hechos del 30-S en el lanzamiento de su libro. A pesar de que los días anteriores había causado polémica con sus declaraciones sobre la revuelta policial, el día que presentó su obra no les dedicó mas de un minuto a las horas en las que, como comandante general de las Fuerzas Armadas, estuvo a cargo del rescate del presidente Rafael Correa desde el Hospital de la Policía.
Enternados, militares activos y en servicio pasivo asistieron hoy, 15 de enero del 2015, a la velada, en la Asociación de Generales y Almirantes. Fue un evento con masiva convocatoria, principalmente por la expectativa que se creó días antes del lanzamiento de “Testimonino de un comandate”, la obra de González que generó reacciones inmediatas del Régimen por derrumbar su tesis oficial: el secuestro del Jefe de Estado el 30-S.
Pero no hubo polémica, sobre todo porque el general González bajó el tono de su discurso. En la presentación de la obra, ante los políticos, militares y asistentes presentes, dijo que no hablaría del 30-S porque ya había habido suficiente debate durante los primeros cuatro días de la semana.
Es que sus declaraciones, en las que dijo que el Presidente no estuvo secuestrado en el Hospital de la Policía, generaron la reacción del mismo Correa. Sin embargo, esta reacción fue en otros términos a las que tuvo el Presidente con otras personas que dijeron exactamente lo mismo años anteriores, como el coronel de Policía César Carrión, quien estuvo también presente en el evento de ayer 15 de enero.
Pero se portó esquivo con la prensa. A diferencia de días anteriores, cuando atendió entrevistas en radios, canales de TV y periódicos, el día cumbre para el libro sólo respondió tres preguntas después del evento y se levantó en medio de los cuestionamientos de los periodistas.
Bajó el tono de su discurso: ”más allá de confundir los términos de retenido, secuestrado… Sin lugar a duda la vida del Presidente corrió mucho peligro”.
Lo dijo un día después de que Correa se refiriera al libro. A diferencia de las otras autoridades -el ministro del Interior, José Serrano, llamó a la obra un “libro de ficción”-, el Presidente se mostró tranquilo a la hora de atender los cuestionamientos frente a las declaraciones de González. Culpó a la prensa de la “manipulación” y dijo que lo que ha escrito el excomandante de las FF.AA. es verdad.
Eso fue lo que el general ratificó hoy: que los militares buscaron proteger la democracia y que la vida del Presidente corrió riesgo. Y no quiso hablar más. Pidió a los periodistas que lean el libro y que después de que lo hicieran está presto a responder cualquier pregunta al respecto. Y se levantó en medio de las preguntas que se quedaron sin respuesta: ¿Quién fue el que ordenó disparar?