Fernando Cordero tiene la sartén por el mango. Con el poder que le da dirigir las sesiones del Pleno, el Presidente de la Asamblea instala y clausura el hemiciclo siempre y cuando Alianza País tenga los votos para impulsar sus proyectos.
Curiosa manera de ejercer la democracia. Esta semana fue una muestra evidente del esquema utilitarista con el que Cordero ejerce su poder en el Legislativo.
Solo es cuestión de repasar el calendario. Sábado 14 de julio; el presidente Rafael Correa, desde su sabatina, mostró su respaldo a la decisión de la Corte Constitucional por haber levantado las medidas cautelares al veto electoral que, entre otros temas, dispone restricciones a la prensa para su cobertura en la campaña.
En cambio, dijo que la Ley de Comunicación dormía en el sueño de los justos dentro de la Asamblea Nacional. ¿Fue suficiente este discreto tirón de orejas?
Al parecer sí. La madrugada del martes 17, Cordero dio la primicia: que el jueves siguiente se votaría la ley de medios. Lo hizo luego de tres meses después de que el proyecto durmiera en el sueño de los justos, sin que hubiera 63 voluntades que lo despertaran.
Cordero, de esta manera, parecía decidido a poner en manos del Jefe de Estado el tema más polémico de la actual Legislatura para que el veto presidencial haga el trabajo final de alta costura.
El mensaje de Correa del sábado no podía ser más claro. Al acercarse cada vez más la campaña electoral, para el oficialismo resulta imprescindible que la agenda política antimedios se vuelva realidad y con ello comenzar, sin más tarea pendiente, la temporada electoral hasta fin de año.
Sin embargo, el esfuerzo de Cordero no rindió frutos. A pesar de que las cuentas daban a Alianza País una estrecha pero evidente ventaja sobre la oposición, la mayoría no se tradujo en votos.
De hecho, parece tan frágil la solvencia del oficialismo que el menor incidente doméstico -sin dejar de mencionar la sinuosa posición del Prian en la agenda legislativa- la derrumba como un castillo de arena. Así lo demostró Cordero al clausurar la sesión ante el retraso de María Augusta Calle y otros cuatro colegas.
¿Un simple problema de impuntualidad? La excusa no sería tan sorprendente si se miran los hechos con la lógica electoral. Periodistas, legisladores de oposición y los propios de Alianza País dejan entrever que lo que hay dentro del bloque no son problemas de indisciplina sino un ambiente de tensión por el reparto de las candidaturas del próximo año. La teoría es que como resulta imposible que Alianza País postule a la reelección a todos sus asambleístas, los que no están en la lista definitiva tratan de demostrar su valía haciéndose para atrás ante tan importante ley.
Ante ese panorama de tensión, Cordero no encontró otra forma que cerrar una sesión sin más explicaciones que su “compromiso” político porque esta ley se apruebe con la presencia de los 124 legisladores. Es un argumento curioso para un bloque oficialista que hasta la mañana del jueves hacía gala de tener, ahora sí, todos los votos en una sesión donde, pese a ciertas ausencias, el quórum estaba garantizado.
¿Qué pasó entonces? Las cosas en Alianza País no están totalmente claras. Pero lo que sí se demostró es que Cordero maneja las sesiones en el Pleno según le salgan las cuentas a su bancada.
Como no había votos seguros, cerró la sesión del jueves dejando de lado un principio esencial: que en democracia hay que saber ganar y saber perder.
Varios asambleístas de oposición (César Montúfar, Andrés Páez yEnrique Herrería) señalaron ayer que Cordero debía avanzar con la votación de la ley, artículo por artículo, para que sean los legisladores los que decidan con su voto el destino de la ley de medios y no las piruetas del titular de la Legislatura y los reglamentos que juegan a su favor.
Lo mismo sucedió ayer, cuando durante toda la mañana, Alianza País sumaba votos y hacía llamadas para ver si su nuevo presagio se cumplía: acomodar la sesión 136 del Pleno destinada a la votación de la ley de medios, después del trámite urgente de una reforma laboral. Igual no hubo votos, entonces era innecesario que Cordero, como ha sucedido en otras ocasiones pasadas, haga uso de los reglamentos legislativos para darle a Alianza País las victorias a las que está acostumbrada.
¿Quién es?
Político cuencano, arquitecto y ex Alcalde de esa ciudad. Dirigió la segunda etapa de la Constituyente y es el titular de la Asamblea desde agosto del 2009.
¿Qué hizo?
Convocó a sesión del Pleno, el jueves, para votar la Ley de Comunicación. Pero al ver que no estaban seguros los votos para A. País clausuró la cita.
¿Qué dijo?
“Fue un compromiso de todos instalar la sesión con 124 asambleístas. Faltaron cinco, la próxima sesión reinstalaré la sesión con 63 personas presentes”.