Los animales irán a fundaciones de protección como Enda, Patitas Callejeras y Protección Animal Ecuador. Serán esterilizados. Foto Referencial: Wikicommons
En momentos de crisis o pánico se piensa primero en los seres humanos y luego en las mascotas. Este jueves 28 de enero, en Chilibulo, en el sur de Quito, funcionarios municipales se llevaron a tres perros y dos gatos dentro de las viviendas evacuadas por los hundimientos de tierras.
Desde octubre pasado, cuando empezó el éxodo de los moradores de Chilibulo, algunos vecinos se quejaron porque hubo familias que, al salir de las viviendas que tenían grietas, dejaron a sus mascotas.
Este Diario conversó con dueños que salieron de sus propiedades en noviembre y entonces contaron que dejaron a los perros para que cuiden las casas en su ausencia. En las mañanas les daban agua y comida y algunas veces por semana limpiaban los desechos.
La situación se agravó desde el pasado lunes cuando un socavón se abrió en una de las calles del barrio. Esto puso en evidencia la fragilidad del terreno.
Hasta ayer se contabilizaron 16 familias evacuadas. No todas se llevaron a las mascotas. Algunas las dejaron en las viviendas porque en albergues y en casas de familiares no era posible que se instalen con animales.
Andres Tufiño, inspector de la fauna urbana de la Agencia Metropolitana de Control, señaló que la tarde del jueves 28 de enero de 2016 rescataron a tres perritas y dos gatos del interior de los predios.
Los animales irán a fundaciones de protección como Enda, Patitas Callejeras y Protección Animal Ecuador. Serán esterilizados.
Christian Rivera, director del Centro de Operaciones de Emergencia, confirmó a este Diario que los animales estaban dentro de los predios, eran de dos residentes. Se harán pruebas para evaluar el estado de salud de las mascotas.
Cuando la gente de escasos recursos económicos abandona a las mascotas hay un problema adicional ya que muchos están enfermos o mal nutridos, señala Douglas Paredes, representante de Anima Naturalis en Ecuador.
En otros casos, añade, son perros con nervisismo o agresividad porque sufrieron violencia. Paredes hizo un reclamo para que los dueños asuman a los perros como unos miembros más de la familia.
Según el activista, hay una inconsistencia en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) ya que no se contempla el abandono como un tema de sanción. “Abandonar perros a su suerte no está penalizado”, dice.
Un perro puede llegar a sobrevivir hasta seis días sin agua. Bajo esas condiciones su estado de salud es delicado y muchos mueren pese a los esfuerzos y cuidados que se les realiza una vez que fueron rescatados.
En su experiencia, Paredes comenta que hay casos en que ratas se comen los cuerpos de los animales que fueron abandonados dentro de viviendas.