Un subempleado gana alrededor de USD 152 al mes en Ecuador

Susana Bayas pinta uñas para ganarse la vida. Sus ingresos no llegan al salario básico. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Llegar a fin de mes es un reto para los subempleados. Quienes están en esta condición reciben un promedio mensual de USD 151,73, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), que publicó cifras hasta marzo del 2017.
Ese monto es menos de la tercera parte de lo que recibe, en promedio, un trabajador con empleo pleno (USD 532,5).
El subempleo es una condición de menor calidad laboral. Según el INEC, quienes ganan menos del salario básico ( USD 375), laboran menos de 40 horas a la semana y desean hallar otro empleo están subempleadas. En esta situación se encuentran comerciantes informales, profesionales, emprendedores y dueños de negocios.
Caridad Santelices cumple esas condiciones. Hace dos años, la joven de 24 años dejó la universidad tras acabar su carrera en Ciencias Políticas. Durante 19 meses ha buscado empleo, incluso en actividades ajenas a su profesión, pero no ha conseguido nada. Actualmente solo recibe USD 10 diarios por ayudar en trámites, de forma esporádica, en el despacho jurídico de un pariente.
Lo que gana lo destina a ciertos gastos personales y para pagar un crédito educativo de más de USD 15 000 que tiene con el Instituto de Fomento del Talento Humano. Por su situación y la de sus padres, quienes solo obtienen ganancias por las ventas en un pequeño restaurante y mantienen a otros cuatro hijos, cayó en mora.
Pagó una parte con otro préstamo que le hizo su abuelo para ayudarla. La joven tiene vivienda y comida gracias a su familia, pero cree que solo un trabajo fijo aliviará su situación y la de su hogar.
Aunque no es parte de la definición de subempleo, muchos trabajadores en esta condición no acceden a los derechos laborales como la afiliación a la seguridad social.
La Organización Internacional de Trabajo (OIT) mostró que en 14 países de América Latina, unos 133 millones de trabajadores tenían empleo informal en 2015 y se esperaba un millón más en el 2016.
Con USD 111,05 al mes, las mujeres son los subempleados que menos ingresos obtienen en promedio, según los datos del INEC.
Susana Bayas, de 54 años, es una de ellas. Al mes no recibe ni USD 250 por el cuidado cosmético de uñas, tanto de manera autónoma como en un puesto alquilado en una peluquería.
Por su edad no ha podido obtener un trabajo formal y ahora, incluso, busca ofrecer servicios de limpieza en las noches en alguna casa o dar apoyo en algún restaurante de la urbe.
Del total que recibe en el mes USD 60 son para el arriendo de un cuarto, hasta USD 8 para pan y leche (USD 2 a la semana), USD 30 para pasajes y el resto para lo necesario como comida, productos de limpieza, alquiler de su zona de trabajo y materiales para uñas.
Trabajó un tiempo como empleada de peluquerías pero nunca le afiliaron. El sistema que manejan en dichos lugares es 40% para el manicurista y el resto para el salón. De ahí que decidió emprender sola, a pesar de las dificultades.
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La urgencia de obtener ingresos lleva a quienes han perdido un empleo a emprender negocios por necesidad, comenta Alfonso Abdo, director de la Agencia de Promoción Económica del Municipio (ConQuito).
Casi un 80% de emprendimientos en el Distrito son de este tipo y apenas un 20% son los llamados negocios por oportunidad, según la agencia.
En el primer grupo están actividades relacionadas con venta de comida y comercio informal en las calles, auto-empleo en casa o locales, trabajo asalariado sin seguridad social ni acceso a derechos, entre otros. Pero son pocas las iniciativas que prosperan en el mediano y largo plazo.
En el último año, que ha sido económicamente complejo, más gente ha acudido a ConQuito en busca de asesoría para emprender. “Subió el número de personas que viene a los cursos, la que aplica para la incubadora de emprendimientos. Habrá subido un 20%”.
Luego de perder su trabajo como profesora hace siete meses, Soraya Toapanta se puso a hacer correas, cinturones y accesorios para vender en ferias. Ha ganado entre USD 65 y 100 durante esos días, sin embargo, son jornadas esporádicas.
Emprendedores como Elizabeth Peñafiel cayeron en el subempleo. Desde hace dos años el número de contratos en su negocio de ‘catering’ se redujo. Para obtener ingresos ofrece sus servicios como mesera en eventos, pero reúne menos del salario básico. Ella vive con una hija y su nieto y asume los gastos de casa porque lo que gana su hija solo le alcanza para pagar la universidad.
Para el Centro de Estudios de la Política Laboral, el monto que recibe un subempleado es bajo y es difícil de regular. Pero directivos del centro aseguraron que el Gobierno ha hecho esfuerzos por mejorar las condiciones de diferentes sectores a través de programas como el de Empleo Digno, para formalizar la actividad de trabajadores domésticos o con campañas de afiliación.