Mesas de trabajo, matrices de estudio, entre otros, constituyeron las actividades, que se desarrollaron el 13 de octubre del 2015. Foto: José Mafla/ EL COMERCIO.
Las palabras: mercado, distribución, producción e insumos, que el consultor Franz Ríos escribió en una lámina de papel despertó la atención de 17 empresarios y artesanos, que asistieron al taller. Análisis sobre el sector textil y de la confección, que se organizó en la ciudad de Ibarra, capital de la provincia de Imbabura, localizada en el norte de Ecuador.
Mesas de trabajo, matrices de estudio, entre otros, constituyeron las actividades, que se desarrollaron hoy, 13 de octubre del 2015, durante ocho horas. La intención fue obtener datos, desde el mismo sector productivo, para plantear las nuevas políticas destinadas para el 2016. Así lo explicó Lorena Montenegro, técnica del Ministerio de Industrias y Productividad. Esta última cartera de Estado organizó el encuentro.
Según Montenegro, Imbabura es la provincia con mayor número de emprendimientos y artesanos en esa línea. La cifra que se espera cuantificar, a través de esta cita que se extenderá hasta las 18:00. En la actividad también se conocieron las necesidades del sector textil y de la confección. En esta última, la funcionaria puntualizó algunas como: la falta de innovación, investigación, capacitación, mano de obra especializada y acceso a financiamientos.
De acuerdo a Nelly Vega, gerente de la empresa de confección Santé, la renovación en sus productos ha sido el punto clave para permanecer en el mercado, a pesar de la crisis comercial que afronta la Sierra norte de Ecuador, por la constante devaluación del peso colombiano frente al dólar. Esto moviliza a los clientes hacia el sur de Colombia, que ofrece productos similares a menor precio.
Según la principal de esta factoría, que opera desde hace tres décadas en el cantón Antonio Ante, Imbabura, la promoción a escala nacional es esencial para recuperar a los clientes, específicamente de Pichincha y Tungurahua, que han optado por viajar al vecino país.
Ríos aseguró que la idea central es integrar a la cadena productiva un enfoque integral entre todos los actores. “Si tenemos buenos insumos y un sector que transforma estos insumos en productos, entonces, hay buenos resultados”.
Elvia Criollo fue una de las participantes. La mujer kichwa pertenece al Centro de Negocios y Servicios Artesanales Sarum Maky, localizado en la parroquia La Esperanza, al sur de la capital imbabureña. La iniciativa busca congregar a las bordadoras de esta localidad con el fin de potencializar sus habilidades. Criollo calcula que 25 artesanas, de 12 parcialidades, se encuentran fusionando las vestimentas tradicionales con las nuevas tendencias de la moda. Su objetivo fue presentar las necesidades que tienen las trabajadoras manuales para consolidarse en el mercado productivo.
Montenegro, además, detalló que estos talleres se van a desarrollar, en el país, para los sectores priorizados en el cambio de la matriz productiva. El organizado en Imbabura es el primero de cuatro. Asimismo se efectuarán en Tungurahua, en base a los sectores de cuero y calzado; en Cuenca con la madera y muebles y; en Pichincha, con metal-mecánica.