Una vista aérea de la represa de la central Coca Codo Sinclair. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Dentro del mapa de riesgos elaborado por la erosión regresiva del río Coca están las eventuales afectaciones que pueden producir los sedimentos del proceso erosivo al túnel de descarga y casa de máquinas de la central hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, ubicados aguas abajo.
La información es parte de los estudios hidrológicos y de obras de emergencia realizados por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).
El gerente del organismo, Gonzalo Uquillas, explicó hoy, 8 de julio del 2020, que, aunque esos escenarios son “muy improbables”, no se pueden descartar. Los sedimentos que está dejando la erosión del lecho del río pueden elevar el nivel del río aguas abajo y eventualmente inundar las obras antes mencionadas de la central.
Cuando sube el nivel del río, la operación de la central se paraliza.
Otro escenario, también improbable, pero que no se descarta, es que se produzca un dique de sedimentos (algo que no ha sucedido aún) y que al romperse descargue el material represado violentamente y, a su vez, también eleven el nivel del agua. Algo similar ocurrió en los noventa en el sector de la Josefina cuando tierra y material pétreo se deslizaron formando un dique que tapó varios ríos. Luego ocurrió un deslizamiento del dique que arrasó violentamente lo que tenía a su paso. Esa crisis afectó a las provincias de Azuay y Cañar.
El gerente de la Celec explicó que el fenómeno que se registra en el río Coca tiene tres aristas. El primero es la regresión de la Cascada San Rafael a partir del 2 de febrero del 2020. Desde entonces, el proceso ha avanzado 3,8 kilómetros aguas arriba.
El segundo es la erosión de los afluentes del río Coca, entre ellos el Montana, Malo y otros.
Y, tercero, los aludes o deslizamiento que se dan en las márgenes del río Coca.
Esto último puede representar un riesgo en la formación de diques por la subida de niveles y por los sedimentos que se vienen acumulando aguas debajo de la Cascada de San Rafael.
Los expertos se señalan que los sedimentos se cuantifican hasta ahora entre 40 y 60 millones de metros cúbicos. “Eso puede generar que aguas abajo el nivel o espejo del río suba. Eso demanda que las instituciones estatales tengan especial cuidado frente al riesgo de inundaciones”, dijo Uquillas.
Otro riesgo es el impacto de los sedimentos aguas abajo, con posibles inundaciones en el túnel de descarga y la casa de máquinas.
El Gobierno también anunció que ejecutará dos acciones inmediatas para mitigar el proceso de erosión regresiva que se presenta desde febrero pasado en el río Coca, en la zona ubicada entre las provincias del Napo y Sucumbíos.
El ministro de Energía, René Ortiz, explicó ayer que estas medidas consistirán en la construcción de muros enrocados sobre este afluente y la ampliación del cauce del río.
No obstante, los sitios donde se harán estas intervenciones están aún por definirse, explicó el gerente general de Celec.
Técnicos de la Celec y de la estatal Petroecuador identificarán y fijarán las coordenadas donde se colocarán rocas de gran de tamaño.
Mientras tanto, el ensanchamiento del río se hará en aquellas zonas que no pongan en riesgo la infraestructura o poblaciones aledañas al Coca.
Está previsto que estos trabajos se inicien el 15 de este mes, puntualizó la Celec. La intervención durará 90 días.
Por su parte, Ricardo Buitrón, ingeniero hidráulico, explicó que para que estas obras inmediatas cumplan con su objetivo se requiere también de estudios de diseño. Esto permitirá conocer qué sitios son aptos colocar estos muros o cómo ampliar el cauce.
Para conocer mayores detalles del proceso erosivo, que tiene ya un avance de 3,8 kilómetros, la Celec precisó que está previsto realizar otros estudios complementarios.
Estos se harán a partir del 15 de julio y tardarán 60 días.
Y se construirá otra variante del oleoducto estatal para prevenir una nueva rotura. Esta nueva tubería estará a unos 400 metros del río Coca.