El reclamo a Argentina de los fondos especulativos es “descabellado” y “contrario a la justicia comercial”, aseguró este viernes 14 de noviembre en Buenos Aires el premio Nobel de Economía, Paul Krugman.
En una charla magistral que cerró el Segundo Congreso Internacional de Responsabilidad Social en Argentina, el economista fustigó la demanda de los ‘fondos buitres’, al tiempo que cuestionó el crecimiento del déficit fiscal en el país sudamericano como causa de inflación.
“Es descabellado, es increíble, todo lo contrario a la justicia comercial”, respondió al ser consultado sobre si la situación generada por los fondos buitres que litigaron contra Buenos Aires en la justicia de Nueva York.
Krugman, quien habló en inglés con traducción simultánea, afirmó que “la verdad es que Argentina tiene el problema del déficit, que es demasiado grande y sería demasiado grande incluso sin los fondos buitres. Argentina sería menos vulnerable si su política fiscal estuviera mejor controlada”.
No obstante, agregó que “ellos (los fondos especulativos) compraron deuda a un precio mínimo y después hacen un juicio sin validez razonable, es una locura”.
Un fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa obliga a Argentina a pagar 1 330 millones de dólares a fondos especulativos que rechazaron el canje de deuda de 2005 y 2010, aceptado por el 93% de los acreedores en default desde 2001.
“Eso no debería pasar, pero no sé qué hacer al respecto”, admitió el economista que recibió en el mismo acto el título Doctor Honoris Causa otorgado por la estatal Universidad de Buenos Aires (UBA).
Al referirse a la situación argentina, Krugman dijo que “es bueno preocuparse por la justicia social, por la desigualdad, por el estado de los trabajadores, por el destino de los pobres. Pero debe hacerse de una manera muy realista”.
“No significa que siempre debamos ser ortodoxos en la economía, pero a veces uno sí tiene que ser algo ortodoxo”, afirmó el economista.
Destacó las políticas “no ortodoxas después de la catástrofe de 2001” al sostener que “eso funcionó muy bien”, pero advirtió que “el problema es que se mantuvo la heterodoxia durante demasiado tiempo”.