En junio del 2011, un boletín de prensa de Senplades argumentó, sustentándose en datos del Censo Económico, que hay una alta concentración en los mercados del Ecuador. Decía el boletín que el 1% de los establecimientos controlaba el 90% de las ventas y que por eso estaban trabajando en una Ley Antimonopolio. ¿Qué pasaría si los cálculos de Senplades o los datos del Censo estuvieran equivocados? ¿Retirarían la ley?
Este artículo argumenta que los datos del Censo Económico tienen una validez limitada y que hay deficiencias en los cálculos de la Senplades, dos temas que relativizan la necesidad de esa ley.
Censos y redondeo
En los censos, muchos encuestados suelen redondear los datos que entregan. Por ejemplo, según el Censo de Población, en el país hay más personas de 30 años que de 29 ó 31. Y eso pasa en todos los censos con todas las edades son múltiplos del 10. Pero mientras en las edades hay redondeo, en otros temas, como en los focos, el asunto se acerca a la mentira.
El Censo de Población 2010 preguntó cuántos focos había en la vivienda y los múltiplos del 10 volvieron a ser populares. Resulta que las casas con 30 focos eran más comunes que las de 29 ó 31 y que había más de 40 focos que de 39 ó 41.
El Censo Económico
En el Censo Económico se topó temas más sensibles de dinero, una cosa más ‘sensible’ que la edad o los focos. Se preguntó, por ejemplo, por las ventas, un tema donde muchos parecen haber redondeado o mentido. En el Censo Económico resulta que hay una altísima proporción de establecimientos con ventas mensuales ‘redondas’, lo que resulta sospechoso porque la probabilidad de que alguien venda USD 599 o 600 al mes es la misma, pero en el censo aparecen cuatro establecimientos vendiendo USD 599, mientras que 16 582 establecimientos tienen ventas de exactamente de USD 600 (ver gráfico).
Algo similar se repite para todas las ventas ‘redondas’. En realidad, el 39% de los establecimientos tiene ventas mensuales menores de USD 4 000 y que son un múltiplo de 100. En otras palabras, en solo 40 niveles de ventas (100, 200, 300, etc. hasta 4 000) están casi cuatro de cada diez establecimientos.
La conclusión es que el redondeo fue muy fuerte, tanto que los datos que nos proporciona el Censo deben considerarse como una simple referencia y no deberían usarse para justificar leyes importantes.
Los cálculos de Senplades
Con los datos del Censo Económico, Senplades hizo un par de cálculos para sustentar la Ley Antimonopolio. Uno de esos fue establecer que el 1% de los establecimientos controlaba el 90% de las ventas. Ahí se cometieron varios errores, siendo el primero verificar si la información del Censo era confiable. El segundo error fue incluir dentro del cálculo a los establecimientos que no tuvieron ventas. El 5% de los establecimientos no declararon ventas y no debieron incluirse.
El tercer error fue incluir casi 4 000 instituciones del sector público, poniendo a ministerios y municipios en el mismo nivel que a los restaurantes.
El cuarto error fue incluir en el cálculo a empresas públicas y no aclarar ese tema, especialmente si las mayores ventas en el país son de Petroecuador.
El quinto error fue incluir establecimientos con ventas irreales. Difícilmente un almacén puede sobrevivir si no gana, al mes, el equivalente a un salario básico. Para ello, suponiendo un margen de 10%, tiene que vender por 10 salarios básicos. Pero en el censo hay más de 350 000 establecimientos con ventas mensuales inferiores a ese monto y a todos se los incluyó.
Un cálculo más sensato de concentración debería hacerse solo con establecimientos privados, quitando las instituciones y empresas públicas y los establecimientos irreales. En ese caso, en lugar de medio millón de establecimientos habría menos de 100 000 y los niveles de concentración serían menores, pues el 1% de las empresas más grandes solo controla el 72% de las ventas, un dato que si bien es alto, está lejos del 90% citado.
El sexto error de Senplades fue basar un tema tan importante exclusivamente en datos de 2010 y no explorar los niveles de concentración en anteriores censos (por ejemplo de 1980). Así nunca sabremos si estamos mejorando, empeorando o si se justifica una ley. En resumen, si los cálculos de Senplades no tienen sustento y los datos del Censo Económico pierden credibilidad, la única justificación que queda para poner una ley antimonopolio es que “somos uno de los pocos países que no la tienen”. Querer copiar a otros no es una justificación muy soberana.
[[OBJECT]]