La Asociación Brasileña de Vehículos Importados (Abeiva) condenó el alza de un 30% del impuesto sobre los productos industrializados (IPI) y anunció que pedirá su total inconstitucionalidad.
“Las medidas fueron hechas erróneamente. Dispararon un tiro de cañón para matar un gorrión. Representamos 5,8% del mercado total de automóviles, y si quitamos los autos tope de línea, lujosos, más costosos, tenemos 3,3% del mercado brasileño”, explicó José Gandini, presidente de Abeiva.
La subida del IPI, anunciada por el ministro de Hacienda Guido Mantega, entró en vigencia el viernes y se aplica a autos y camiones importados y a los que no cumplan con un mínimo de 65% de contenido nacional o del Mercosur.
“No tengo dudas de que esto fue un pedido de las ensambladoras (nacionales) porque estamos mostrando al brasileño cuánto cuesta un auto afuera. El coche brasileño es uno de los más caros del mundo”.