Ana Julia Quezada durante la búsqueda de Gabriel Cruz. Foto: Agencias
La Guardia Civil española considera que Ana Julia Quezada es desde el “punto de vista policial” una persona de una “frialdad máxima” que mantiene una “falta de empatía hacia otras personas” y “egocéntrica”.
Así la definieron los agentes que informaron en rueda de prensa sobre la investigación de este caso, que ha conmocionado a la sociedad española.
Un juez español decretó este jueves 15 de marzo del 2018, el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de la mujer, autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, por los presuntos delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral.
Previamente, el ministerio fiscal había solicitado prisión para la detenida por los delitos de asesinato con alevosía y detención ilegal, informaron fuentes jurídicas.
La autora confesa de la muerte del niño español,
en la reconstrucción de los hechos dirigida por los agentes de investigación de la Guardia Civil. Foto: EFE
La detenida volvió a declarar el pasado 15 de marzo del 2018 en los juzgados de Almería (sureste español) cerca de una hora, después de que este miércoles 14 de marzo, el juez que instruye su causa prorrogara su detención.
Al finalizar la declaración de Quezada, la Fiscalía solicitó su ingreso en prisión, medida que el magistrado ordenó al considerarla necesaria por la gravedad del delito, la posibilidad de eliminación de pruebas y el riesgo de fuga. La causa en la que se investiga la muerte del menor continúa bajo secreto de sumario.
Llegada del féretro del niño Gabriel Cruz al cementerio Fernán Pérez (Almería). Foto: EFE
La mujer, de 44 años, había confesado este miércoles 14 de marzo del 2018 que mató al niño de 8 años, después de que fuera detenida el pasado día 11 de marzo con el cadáver del menor en el coche que conducía, doce días después de la desaparición.
En su primera declaración ante el juez, la mujer explicó que lo mató después de que el niño la agrediera durante una discusión por un hacha el mismo día de la desaparición, en el pueblo Las Hortichuelas de Níjar, en el sur de España.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, dijo anteriormente en Santo Domingo (República Dominicana) que ”
los dominicanos y españoles comparten el dolor por el asesinato del niño español, Gabriel Cruz”. Foto: EFE
Según explicaron los investigadores, pensaron como hipótesis hasta el último momento que el niño estuviera vivo, incluso hasta los instantes previos a la detención de Quezada, al considerar que había “una serie de indicios” en esa dirección.
Entre estos indicios, los agentes destacan la “actitud extraña” de la mujer cuando la familia planteó elevar la recompensa que ofrecían por Gabriel, lo que les hizo pensar en un posible interés económico y los comentarios “casi públicos” que realizaba la detenida sobre su convencimiento de que el niño iba a aparecer.
Los padres del menor nunca supieron que la autora confesa de la muerte de su hijo era la principal sospechosa para los investigadores hasta que fue detenida, según aseguraron el jueves 15 de marzo, los mandos de la Guardia Civil.