En esta foto de archivo tomada el 3 de julio de 2013, el disidente cubano Guillermo Farinas levanta el puño durante una ceremonia para recibir el Premio Sájarov 2010 por los Derechos Humanos. Foto: AFP
El disidente cubano Guillermo Fariñas, Premio Sajarov de Derechos Humanos 2010, está detenido desde el martes 4 de enero de 2020 en Santa Clara (centro) y “bajo investigación”, informó este jueves 6 de febrero de 2020 su madre, Alicia Hernández.
Fariñas, un psicólogo y periodista de 58 años, “está bajo investigación y me han dicho que esa investigación puede durar hasta 72 horas”, explicó a la AFP Hernández, que ha podido visitar a su hijo dos veces en un centro de reclusión de la ciudad de Santa Clara, 280 km al este de La Habana, donde viven ambos.
“Ya ahorita (el viernes) se cumplen esas 72 horas y tendrán que determinar si lo liberan o si esa investigación que le están haciendo y que no nos dicen sobre qué es, da otro resultado”, añadió Hernández.
La madre del disidente precisó que Fariñas, líder del ilegal Foro Antitotalitario Unido (FANTU), fue detenido cuando intentaba viajar a La Habana “para una cita de visado en una embajada de la Unión Europea”, pero “no llegó a salir de Santa Clara”.
“Lo detuvieron al salir de la casa”, agregó. “Él está bien, pero sólo aparentemente, porque es una persona enferma, que tiene muchísimas secuelas de sus protestas”, dijo Hernández refiriéndose a la treintena de huelgas de hambre que Fariñas ha realizado desde 1995 para protestar contra el gobierno.
Además, “él es asmático, epiléptico, tiene cuatro o cinco operaciones (cirugías). Es una persona enferma”, apuntó.
Según medios opositores, Fariñas preparaba un viaje a España y Bélgica para mediados de este mes.
Su detención se suma a la de José Daniel Ferrer, de 48 años y líder de la organización opositora Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), quien está preso desde el 1 de octubre en Santiago de Cuba (sureste), acusado por hechos de violencia, según medios oficiales.
Ferrer estuvo preso y condenado en 2003 y formó parte de los 75 opositores considerados por la ONG Amnistía Internacional (AI) como “presos de conciencia”, excarcelados en 2011 tras un diálogo entre el gobierno y la Iglesia católica.
Las autoridades cubanas no reconocen la existencia de presos políticos y tildan a los opositores de “mercenarios” de Estados Unidos.