El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció hoy, 28 de abril, una ulterior vuelta de tuerca en las sanciones contra Moscú, tomando de mira explícitamente el círculo íntimo de Vladimir Putin, como subrayó la Casa Blanca.
Siete cargos del gobierno ruso, incluidas dos personas cercanas al presidente, sufrirán la congelación de sus bienes en Estados Unidos y no tendrán permiso para entrar en este país, mientras a 17 compañías se les congelarán sus activos.
La Unión Europea se prepara a hacer lo mismo en las próximas horas contra 15 nuevos nombres, pero Moscú no dio muestras de estar mínimamente atemorizada: es más, en tono de desafío se dijo lista a una respuesta que será “dolorosa para Washington”. Con una nota en la que se acusa a Rusia de indiscutible implicación en las recientes violencias en Ucrania oriental, el portavoz de la Casa Blanca anunció las sanciones a los siete altos funcionarios del gobierno ruso, así como a 17 empresas, entre las cuales varios bancos, cuyos bienes serán congelados.
Otras 13 empresas, en cambio, no tendrán posibilidad de cooperar con compañías estadounidenses, mientras se revocarán las licencias de exportación de alta tecnología de Estados Unidos que pueda “contribuir a la capacidad militar rusa”.
La Casa Blanca explicó estas nuevas sanciones como respuesta a la “continua intervención ilegal de Rusia en Ucrania y las acciones provocadoras que socavan la democracia de Ucrania y su paz, seguridad, soberanía e integridad territorial”. Entre las personalidades afectadas por las nuevas medidas de Washington se encuentra Igor Sechin, presidente del coloso petrolero público Rosneft y asesor de Putin. “Es un alto aprecio de la eficacia de nuestro trabajo”, comentó sarcástico Sechin.
En la lista figura también el viceprimer ministro ruso, Dmitri Kozak; el presidente del comité de exteriores de la Cámara baja del parlamento ruso, Alexei Pushkov, y el vicejefe de gabinete de Putin, Vyacheslav Volodin.
La respuesta del Kremlin no se hizo esperar: “responderemos”, replicó el vicecanciller, Serghiei Riabkov. “Estamos seguros de que la respuesta tendrá un efecto doloroso para Washington“.
En tanto, en Bruselas, los embajadores de los 28 gobiernos de la UE dieron vía libre a la “fase dos bis” de las sanciones contra Moscú, es decir medidas que prevén la congelación de bienes y prohibición de viaje para otras 15 personas. La nueva lista será divulgada mañana, y deberían comprender 9 ciudadanos rusos y 6 de Crimea.
La Casa Blanca remarcó cómo Estados Unidos “trabajando estrechando con sus aliados, está dispuesta a imponer mayores costes a Rusia”. En el seno de la administración de Obama, sin embargo, parece haber divergencia de puntos de vista sobre la dinámica de las sanciones: algunos querrían que afectasen a todos los sectores de la economía rusa, mientras el presidente prefiere proceder junto a la UE, que en cambio es más recalcitrante.
Según el diario The New York Times, el secretario del Tesoro estadounidense, Jacob Lew, y otros exhortaron a la cautela, sosteniendo que ulteriores sanciones sin el apoyo de la Unión Europea podrían pesar excesivamente sobre empresas estadounidenses, sin obtener el resultado esperado.
Otro frente, en cambio, sostiene que Estados Unidos debería seguir adelante con sanciones más duras, ya que después Europa la seguiría. Moscú no parece preocupada. “Las sanciones estadounidenses difícilmente tendrán serios efectos a breve plazo, en la perspectiva anual”, sostuvo Andrei Belousov, consejero económico del Kremlin.
La Bolsa de Moscú de momento parece darle la razón, visto que hoy cerró con una sensible suba. En tanto, en el terreno, en la parte este de Ucrania la tensión sigue subiendo la tensión, mientras siete observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) continúan detenidos por milicianos prorrusos en la ciudad de Sloviansk.