El ministro de Defensa, Diego Molero, junto a Diosdado Cabello, militar y presidente de la Asamblea, y el mandatario Nicolás Maduro. Foto: Archivo/AFP
Desde que Nicolás Maduro llegó a la Presidencia de Venezuela, en abril de 2013, la presencia de militares en altos cargos del Gobierno ha sido más fuerte que durante la administración de su antecesor, Hugo Chávez, quien provino del mundo castrense.
Los militares controlan casi un tercio de los ministerios venezolanos y están especialmente ubicados en el área económica, en los neurálgicos despachos de las finanzas públicas, de la alimentación, en asuntos eléctricos e industriales.
La presencia militar también alcanza a otras instituciones gubernamentales, empresas públicas ligadas a estos sectores. Además, manejan la gestión del gobierno, las políticas de seguridad ciudadana, defensa nacional y justicia.
En las últimas semanas, Maduro encargó el área alimentaria al poderoso vicepresidente del Área Productiva, el coronel Carlos Osorio. Él ha estado a cargo de negociar con los empresarios privados para resolver la escasez de alimentos que afecta a Venezuela.
Pero también, el Mandatario dio una señal provocadora al designar al mayor general Gustavo González López, uno de los funcionarios venezolanos sancionados por Estados Unidos por violación de derechos humanos, como ministro de Interior, Justicia y Paz.
La Casa Blanca indicó que, bajo la dirección del González, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) ha tenido un papel importante en las acciones represivas en contra de la población civil durante las protestas en Venezuela, incluyendo detenciones extrajudiciales.
Controlan 8 ministerios
La élite castrense está al mando de ocho de los 29 ministerios que existen en Venezuela, en momentos en que organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos cuestionan el papel de los militares y su intervención en la vida civil, tras una resolución reciente que permite el uso de armas mortales para controlar manifestaciones ciudadanas.
Pero ya antes de esa disposición ejecutiva organizaciones no gubernamentales como Control Ciudadano, han alertado sobre la consolidación del ala militar en el gobierno de Maduro, justo en sectores que son altamente sensibles, como la alimentación y la seguridad.
La presidenta de esa organización, Rocío San Miguel, considera que los ministerios en los que generales y coroneles chavistas ejercen su poder son los que manejan las mejores partidas de presupuestos.
Para el director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, la fuerte presencia militar en la administración madurista es un signo de dependencia y un intento de buscar apoyo y sostén político ante la caída de la popularidad del Mandatario. La consultora reporta que el apoyo a la gestión del gobierno de Nicolás Maduro era de apenas 25% en marzo.
La presencia, según San Miguel, se advierte en la mitad de los gobiernos regionales, mientras que un número difícil de calcular de embajadas, milicias, empresas y corporaciones públicas están siendo manejadas por efectivos castrenses.
San Miguel advierte que esos militares son cercanos al presidente de la Asamblea Nacional, el capitán del Ejército Diosdado Cabello. Su hermano, José David Cabello, quien está a cargo del Ministerio de Industrias y del Seniat, el organismo encargado de cobrar los impuestos en Venezuela.
Este militar retirado llegó al ente tributario de la mano del fallecido presidente Chávez en 2008 y Maduro lo designó ministro de Industrias el año pasado, cuando también fue nombrado directivo del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex): el organismo estatal que se encarga de la aprobación a las empresas de los dólares para importar.
En Venezuela rige un férreo control de cambio desde hace 12 años que obliga a las personas y a las compañías a cumplir trámites burocráticos para poder cambiar sus bolívares por cualquier moneda extranjera.
Carteras estratégicas
Si bien durante sus casi dos años de mandato presidencial Maduro ha concretado 54 cambios de ministros, ocho carteras de su gabinete se manejan con absoluto control de los militares en servicio activo.
Son los despachos de Presidencia de la República; Interior, Justicia y Paz; Economía, Finanzas y Banca Pública; Industrias; Transporte Acuático y Aéreo; Alimentación; Energía Eléctrica; y Defensa.
Uno de los ministerios que ha sufrido más cambios ha sido el de Alimentos por el que han pasado cuatro funcionarios desde que el presidente Maduro es presidente de Venezuela, todos han sido militares.
La alta rotación de este despacho coincide con una de las mayores crisis de escasez de productos básicos que ha registrado la nación suramericana en su historia reciente y que el Banco Central de Venezuela situaba en casi 30% hace casi un año, cuando dio a conocer el índice de carestía por última vez. Entre los principales alimentos que faltan están la harina de maíz, leche y productos de aseo como pañales desechables, papel higiénico. También escasean las medicinas.
Por el Ministerio de Alimentos han desfilado el coronel Félix Osorio, quien había presidido la red pública de supermercados populares Mercal desde la administración de Chávez, seguido del mayor general Hebert García Plaza, quien le sustituyó en junio de 2014, pero salió tan solo dos meses más tarde.
Ambos funcionarios fueron destituidos tras cuestionarse su poca capacidad para acabar con las mafias del contrabando de alimentos.
El siguiente ministro alimentario fue el teniente coronel Yván Bello, quien fue destituido esta semana. Se le encargó a Carlos Osorio, el poderoso coronel al que se le ha encomendado reunirse con los productores privados de alimentos para intentar resolver la falta de alimentos.
Está al mando de un despacho estratégico que maneja no solo las políticas públicas del sector, sino también la importación de bienes básicos a cargo del Estado y la operación de la amplia red de establecimientos de venta de alimentos que está a cargo del Gobierno venezolano.