Agentes bloquean el paso a una marcha de manifestantes el miércoles 27 de julio, en Caracas. Foto: EFE
Una manifestación de la oposición venezolana celebrada el 27 de julio en Caracas para exigir al Poder Electoral celeridad para celebrar un referendo contra el presidente Nicolás Maduro concluyó sin incidentes ante el fuerte dispositivo de seguridad dispuesto por el Gobierno.
La marcha partió desde la localidad de La Florida, en el centro-este de Caracas, y contó con escasa asistencia de público a pesar de que toda la plana mayor de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) estuvo presente para exigir al Consejo Nacional Electoral (CNE) asignar una fecha para recolectar el 20 por ciento de las firmas para activar el revocatorio contra Maduro.
Ante la manifestación, que no fue permitida por la alcaldía oficialista de Caracas, los cuerpos policiales tomaron varios accesos hacia la capital y desplegaron varios piquetes para bloquear el paso de la marcha, mientras el metro cerró durante la mayor parte del día ocho estaciones en el centro de la ciudad.
En uno de los piquetes policiales, el rector del CNE, Luis Emilio Rondón, recibió el petitorio de la oposición y se comprometió en nombre del CNE a tener una respuesta para el 1 de agosto, algo que el líder de la oposición Henrique Capriles Radonski saludó a medias. “Ahora bien, que sepa el CNE y se lo decimos desde aquí, no nos van a robar el derecho que tenemos a revocar este gobierno”, advirtió Capriles Radonski.
Rondón, considerado como el único de los cinco rectores del CNE cercano a la oposición, informó a los dirigentes de la marcha que la Comisión de Partidos y Financiamiento del CNE había dado el visto bueno a la recolección del 1 por ciento de las firmas del padrón electoral, equivalentes a unas 198 000 rúbricas, por lo que el directorio del CNE se pronunciaría de manera definitiva el 1 de agosto.
En caso de dar el visto bueno, el CNE debería escoger la fecha para que la MUD reúna las firmas del 20 por ciento del Padrón Electoral, equivalente a unas 4 millones de firmas, que activarían de manera definitiva el referéndum contra Maduro.
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, criticó el “exagerado” dispositivo policial desplegado por el gobierno y que el CNE haya sido cómplice del operativo porque “tenemos un Poder Electoral que le tiene miedo a las elecciones”. “Ya sabemos que un gobierno como este, que está desesperado y le teme a la consulta popular, utilizará todos los ardides, utilizará su CNE, utilizará su Tribunal Supremo de Justicia, utilizará sus fuerzas sus fuerzas civiles y militares de represión para tratar de impedir este derecho de los venezolanos”, dijo Ramos Allup, quien una vez más acusó a los poderes públicos de estar subordinados al gobierno.
La celebración del revocatorio este año es clave para la oposición, porque si se celebra y Maduro lo pierde, el CNE estaría obligado a convocar elecciones en un periodo de 30 días. En cambio, si llegarán a celebrarse después del 10 de enero y Maduro perdiera sería el vicepresidente quien debería terminar el periodo presidencial que concluye en 2019, por lo que la oposición habría fracasado en su objetivo de llegar al poder.
Por su parte, el oficialismo acusó a la MUD de haber incurrido en un “gravísimo fraude” al falsificar firmas de personas y por ello solicitó anular el proceso e inclusivo cancelar los derechos políticos de la coalición opositora.