Grecia adoptó medidas para evitar que militantes extremistas, que ya enviaron más de una decena de bombas a gobiernos y embajadas extranjeras, sigan con esas acciones. Por ello, suspendió ayer los envíos aéreos de correo y paquetes al extranjero por 48 horas.
Pequeñas bombas detonaron el martes en las embajadas de Suiza y Rusia, en Atenas y un paquete con explosivos fue interceptado en la oficina de la Canciller de Alemania. Además, un paquete enviado al Primer Ministro de Italia se incendió cuando era inspeccionado.
La serie de aparatos explosivos pudiera tener como objetivo fomentar una votación contra el Gobierno en las elecciones locales del domingo, en protesta por el plan de austeridad acordado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para lidiar con la deuda griega.
Hasta el momento hubo un total de 14 bombas confirmadas o supuestas desde el lunes, pero solo una víctima, un empleado del correo que resultó levemente herido cuando un explosivo se detonó en sus manos.
La Policía dijo que no halló vínculos con Al Qaeda. Además, el lunes se detuvo a dos griegos, de 22 y 24 años, por posesión de dos bombas, incluida una dirigida al presidente francés, Nicolás Sarkozy. Uno de los arrestados podría ser un miembro de la Synomosia Pyrinon tis Fotias (La Conspiración del Fuego), que organizó ataques contra objetivos del Gobierno en el 2009.
La semana pasada, funcionarios de seguridad en Gran Bretaña y el emirato de Dubái interceptaron dos paquetes con explosivos enviados desde Yemen hacia Estados Unidos. Varios operativos de seguridad se iniciaron en aeropuertos, estaciones de metro y tren de ese país.