Roxana Cazco, corresponsal en Madrid y Redacción MundoEn los medios de comunicación de América Latina y Europa hay posturas distintas en torno a lo que realmente sucedió el jueves en Ecuador. Se habla de intento de golpe de Estado, así como de una revuelta policial cuyas graves consecuencias no se pudieron prever.
Lo cierto es que ese día y ayer Ecuador fue portada en los medios digitales y webs de los principales diarios del mundo. En España, por ejemplo, ayer fue noticia de primer bloque en todas las televisoras y portada en las ediciones impresas. Televisión Española, la cadena pública, destinó cerca de media hora de su programa estrella de la mañana ‘Los desayunos’ a hablar de la situación en Ecuador. Para algunos de los tertulianos, representantes de diversos medios, la tesis del golpe de Estado no es del todo evidente, mientras que para Victoria Prego, del diario El Mundo, no es descartable: “’me da la sensación de que es un golpe de Estado. Los motivos de la revuelta son muy pequeños para la dimensión de los efectos. Si no empezó como un golpe de Estado, alguien aprovechó la revuelta para ir por ese camino”, sostuvo.
No lo tenía tan claro diario El País, que califica los hechos –relatados en dos páginas completas del viernes- de revuelta y rebelión policial. Sin embargo, no deja de mencionar a Lucio Gutiérrez, al referirse a los policías sublevados del Regimiento Quito No. 1 que gritaron consignas a favor del ex coronel. El conservador diario ABC habla de “sublevación” y solo pone en boca del presidente Correa la teoría de la “conspiración para apartarle del poder”.
La agencia EFE, una de las de mayor repercusión, tituló su información principal con ‘Fracasa el intento de golpe de Estado en Ecuador’. Mientras que Europapress, la segunda en importancia, destaca entre sus noticias que ‘El Gobierno español apoya a Correa’. Justamente las muestras de apoyo del Presidente ibérico y de un buen número de gobernantes del mundo hacia Correa y la “democracia” han permitido que se extienda la idea de que lo que sucedió en Ecuador fue un intento de golpe de Estado.
Pero Francisco Herranz, redactor jefe del diario El Mundo, maneja otros elementos que secundan la tesis de un objetivo claramente desestabilizador. “Cuando una fuerza armada se toma un aeropuerto internacional es un signo de golpe de Estado y esa es la primera noticia que nos llegó a la Redacción”, comenta.
En ese momento todo era confuso para los periodistas. Un derrocamiento fraguado por policías no es habitual en la historia de los atentados contra las democracias, pero el “secuestro” del presidente en un hospital policial alimentaba la sospecha. “No sé si el ex presidente Lucio Gutiérrez está detrás, pero esto de casual y espontáneo no tiene nada. Ahora tenemos que enterarnos quién está detrás de todo esto”, sostiene Herranz.
Su equipo trabaja con un colaborador afincado en Quito y ha enviado a un periodista de la plantilla para hacer refuerzo. “Creemos que los policías actuaron como militares”, concluye.
A estas preocupaciones se sumaron ayer medidas y más reacciones oficiales. Colombia y Perú reabrieron en la madrugada del viernes su frontera con Ecuador tras concluir la sublevación de policías. Además, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, llamó ayer al presidente Rafael Correa para manifestarle su apoyo, en tanto que la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, pidió que se mantenga “el orden constitucional” en Ecuador.
El presidente peruano Alan García dijo que Correa “ha quedado vacunado” contra los golpes de Estado y el mandatario brasileño, Lula Da Silva, llamó a Correa para solidarizarse no sin antes calificar como “burrada” la sublevación de los policías ecuatorianos.
Testimonio
Gonzalo Cobos/ Arquitecto
‘Nos sentimos como abandonados en el aeropuerto de Lima’
Viajamos con mi esposa hasta Buenos Aires para asistir al grado de mi hijo. Los tres teníamos previsto regresar en un vuelo a las 10:30, con escala en Lima. Pero por la situación en el Ecuador, salimos en el vuelo de las 16:30.
Llegamos a las 20:30 a Lima y no hubo conexión a Quito. Desde esa hora, mi familia y otros 33 ecuatorianos, incluyendo a quienes llegaron en el vuelo de la mañana, nos sentimos abandonados. No hubo respuesta de la aerolínea, pese a que el avión de otra empresa despegó.
Llamamos a la Embajada en Lima y no tuvimos respuesta. Deambulamos y dormimos en el aeropuerto. Ayer, fuimos obligados a protestar para que nos ubiquen en un avión y regresar a Quito. Creo que si el Presidente no hubiera ido adonde los policías, esta situación se hubiera solucionado de otra forma.