Una prolongada protesta de estudiantes secundarios (nivel medio) de Buenos Aires se extendió a una veintena de escuelas públicas en reclamo de mejoras edilicias y la adhesión del nivel universitario.
La presidenta Cristina Fernández apoyó la protesta estudiantil en la capital argentina, cuyo alcalde, el derechista Mauricio Macri, está duramente enfrentado con el Gobierno federal. Los universitarios tomaron ayer la sede de la Facultad de Filosofía y Letras en “solidaridad con los secundarios”, mientras los alumnos de unas 20 escuelas del nivel medio se sumaron a la protesta que se llevaba a cabo en otros 15 establecimientos.
El conflicto lleva más de un mes y amenaza con generalizarse en Buenos Aires, donde estudian casi 100 000 alumnos secundarios en escuelas públicas.
“Hemos decidido ocupar la Facultad no solo como parte del apoyo al plan de lucha de los secundarios, sino también por nuestras propias reivindicaciones”, dijo Alejandro Lipcovich, titular de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), que agrupa a los centros estudiantiles capitalinos.
“Muchas veces cursamos en el suelo”, ejemplificó Lipcovich.
Según denuncias de alumnos, algunas escuelas funcionan sin gas, con problemas de suministro de agua, baños clausurados y mamposterías en estado deplorable, lo que pone en riesgo las vidas de quienes ingresan a esos inmuebles, muchos de ellos de más de medio siglo de antiguedad. Los estudiantes rechazaron un plan de obras propuesto por el ministro de Educación capitalino, Esteban Bullrich, en medio de denuncias de que ese organismo utilizó una pequeña parte del presupuesto para infraestructura en las escuelas.