Más de 17 millones de venezolanos están llamados a elegir un nuevo Parlamento el domingo 26 de septiembre.
Estos comicios podrían acelerar o frenar el avance de los planes políticos del presidente Hugo Chávez, quien transformó la votación en un plebiscito, 11 años después de llegar al poder.
“Tenemos la obligación de ganar las elecciones (…) Nunca más perderemos”, dijo el Jefe de Estado esta semana. Para el Gobierno, el objetivo es conseguir dos tercios del total de 165 escaños en juego, lo cual allanará el camino para seguir adelante con la revolución bolivariana, el proyecto político lanzado por Chávez.
“Se trata de ganar y luego profundizar la revolución socialista, acelerar la transición política y social de Venezuela, enterrar el viejo modelo y construir el nuevo”, agregó el Jefe de Estado.Desde el 2005, la Asamblea Nacional venezolana (Parlamento unicameral) está dominada de forma aplastante por el oficialismo debido a que la oposición, en un vano intento de boicotear los últimos comicios legislativos, decidió no participar en ellos.
Por ello, la cita con las urnas del 26 de septiembre será para los detractores de Chávez el momento de recuperar un espacio perdido y de crear un verdadero debate legislativo en Venezuela.
“Tengo la esperanza de que se va a revertir el proceso que se está imponiendo. En las calles, el pueblo dice que ya no cree en este Gobierno”, declaró Juan José Molina, diputado por el partido Podemos (disidente del chavecismo) y aspirante a la reelección.
Según las encuestas, las intenciones de voto muestran un empate entre el chavecismo y sus detractores o una ligera ventaja para los candidatos del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela).
“Cada día somos más los venezolanos que rechazamos un comunismo a la cubana. Queremos un país donde impere la inclusión, el respeto y la democracia y este 26 de septiembre lo demostraremos”, confió María Corina Machado, candidata opositora.
Según Jesse Chacón, director general de la encuestadora GIS XXI, cercana al Gobierno, el oficialismo prevé obtener entre 50,6 y 54,6% de los votos, lo que le daría unos 110 diputados sobre 165, gracias al sistema proporcional en vigor. Consciente del desafío, el Gobierno, comenzando por Chávez, se ha volcado en estas elecciones. La publicidad oficialista inunda las calles, varios ministros están dedicados exclusivamente a la campaña y el Ejecutivo ha incrementado la presencia policial, así como la concesión de recursos y créditos.
“Si ellos nos ganan, acabarán con todo y sacarán al presidente Chávez de la Presidencia, pero si nosotros ganamos, los enterraremos para siempre”, aseguró Aristóbulo Istúriz, jefe del comando de campaña del PSUV.
Para el politólogo Alexander Luzardo, en esta campaña, Chávez sustituyó a sus candidatos y se convirtió en “el presidente diputado”. “El debate se empobrece. No se discuten la gestión de la Asamblea o las propuestas de los parlamentarios sino que se centra todo en la figura de Chávez”.
Pero la popularidad del Presidente, que sigue siendo fuerte, ha mostrado en los últimos tiempos que no es invulnerable a los principales problemas del país, comenzando por la violencia o la inflación récord.
“Hay un desgaste, una crisis de gobernabilidad, se acusa al Ejecutivo de ineficacia en numerosos temas. Por eso, Chávez intenta concentrar el liderazgo, crear una relación directa entre él y el pueblo”, explicó Luzardo.
Para Chávez, estas elecciones serán además un ensayo de las presidenciales de 2012, en las que aspira a un tercer mandato.
“Huele a 2012. Los vientos anuncian los huracanes de 2012, cuando iremos a elecciones presidenciales otra vez para los próximos seis años”, avisó Chávez.
Ayer, Chávez dijo que enfrentar a una “mujer burguesa” en las elecciones de 2012 sería una “batalla ideal”. Señaló que le gustaría derrotar a una “burguesa”, tanto como entregarle el poder “algún día” a una “mujer revolucionaria”. Chávez dirigió los comentarios a la opositora María Corina Machado, quien es candidata a un escaño en el Congreso en las elecciones legislativas del 26 y a la que algunos ven como una posible abanderada a la presidencia.
“Es una burguesita de fina estampa. Lánzate pues, burguesita de fina estampa, para que veas lo que es la furia de un pueblo contra la burguesía, contra el imperio”. La participación en las legislativas se prevé mayor que en pasadas ocasiones debido a la motivación del electorado, según la organización Ojo Electoral.
“La sociedad quiere expresarse electoralmente. La gente siente ahora la necesidad de la Asamblea”, corroboró Luzardo.