El disidente cubano Guillermo Fariñas se declaró ayer, 20 de julio del 2016, en huelga de hambre y sed en protesta por los malos tratos que afirma haber recibido de agentes policiales cuando acudió a interesarse por un opositor detenido y también para pedir que el Gobierno de la isla dialogue con la disidencia.
Fariñas, premio Sájarov-2010 del Parlamento Europeo por la defensa de los derechos humanos y que actualmente coordina el ilegal “Frente Antitotalitario Unido” (Fantu), declaró a Efe en conversación telefónica desde su casa en la ciudad central de Santa Clara, que está dispuesto a mantener su huelga “hasta las últimas consecuencias” si el Gobierno no tiene en cuenta sus demandas.
El psicólogo y periodista independiente detalló que pide al Gobierno cubano que “se comprometa con parar la escalada de violencia contra la oposición pacífica y suspender las golpizas, las amenazas de muerte, la incoación de falsos delitos y que no se confiscarán sus propiedades personales”.
Fariñas dijo que dirigió una carta al presidente cubano, Raúl Castro, solicitándole que “designe a uno de sus vicepresidentes para que se reúna con 12 opositores no violentos prominentes para que viabilicen cómo se va a cumplir el cese de la violencia que desde hace 19 meses se aplica” a los disidentes.
Fariñas denunció que fue detenido el jueves cuando se dirigía a la Quinta Unidad de la policía en Santa Clara, para interesarse por la situación de José Rolando Cásares, uno de los miembros de su organización, que se encuentra arrestado en Pinar del Río y sometido a instrucción policial acusado de un presunto delito de “atentado”.
Según su relato, fue interceptado en la calle por oficiales y agentes de la autoridad y posteriormente trasladado a la Unidad de Instrucción Provincial, donde permaneció retenido durante cerca de 45 minutos “fuertemente esposado, golpeado en las costillas y amenazado”.
“Un teniente coronel me advirtió que no me van a permitir acciones en la calle, y me dijo que solo podía dedicarme a la revista y el periódico en los que escribo”, refirió el disidente.
Fariñas manifestó que inició la huelga de hambre y de sed coincidiendo con el primer aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU., con el fin de mostrar que “no ha habido ningún cambio en la política interna” del Gobierno de la isla.
Guillermo Fariñas, de 54 años, acumula un historial de más de 20 huelgas de hambre desde la primera de ellas realizada en 1995 y las más recientes datan de 2010 cuando mantuvo 100 días de ayuno total, la mayor parte de ellos hospitalizado, para pedir al Gobierno la liberación de opositores presos enfermos.
El Gobierno de Cuba considera a los disidentes “contrarrevolucionarios” y “mercenarios”.